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Preocupación por la marcha de personal con la llegada de los dos hospitales privados

Los sindicatos alertan de que los profesionales buscarán en los nuevos centros sanitarios, previstos para 2024, mejores condiciones laborales de las que tienen ahora en Joan XXIII

04 julio 2022 20:18 | Actualizado a 05 julio 2022 07:00
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El anuncio de la llegada de dos hospitales privados en Tarragona ha revolucionado la comunidad sanitaria de la ciudad. Lo que más preocupa es la marcha de profesionales de la sanidad pública –tanto médicos como enfermeras– a la privada. Y es que se trata de un fenómeno que ya ocurre, aunque de momento, a pequeña escala. Para hacernos una idea, en los últimos meses, seis traumatólogos del Hospital Joan XXIII se han marchado a centros privados, donde sus condiciones laborales se han visto mejoradas. Imaginar lo que puede ocurrir si los proveedores de ambos hospitales juegan bien sus cartas. La situación puede agravarse, teniendo en cuenta la falta de profesionales que hay en la actualidad. Sindicatos, trabajadores y colegios profesionales piden a la administración que empiecen a trabajar para que la fuga de talentos no les coja por sorpresa y sin tiempo para reaccionar.

En las últimas semanas, dos empresas han anunciado la construcción de dos hospitales en el entorno de Les Gavarres. Uno es del grupo Viamed Salud –el mismo que gestiona la Monegal–, se ubicará dentro del parque comercial Ten Brinke y contará con 102 camas y 11 quirófanos. Por otro lado, está el construido por la empresa Thor y que será gestionado por la compañía alicantina IMED Hospitales. En este caso, el centro contará con 120 camas y ocho unidades quirúrgicas. Ambos equipamientos deberán dotarse de recursos, sobre todo, humanos, a partir de 2024, que es cuando se prevé que entren en funcionamiento.

«El sistema sanitario catalán paga mal a los profesionales, quienes tienen todo el derecho del mundo de buscarse la vida para poder vivir en mejores condiciones», explica Tani Francesch, miembro del sindicato Metges de Catalunya. Las empresas que aterrizarán en Tarragona son, en algunos casos, multinacionales, acostumbradas a pagar muy bien al personal en otros países. «Si ahora ya tenemos problemas para contratar médicos y enfermeras, imaginaos cuando abran estos hospitales», dice Francesch.

Y es que la situación en Tarragona es compleja, teniendo en cuenta los muchos proveedores sanitarios que conviven en el territorio. «Tenemos la Xarxa Santa Tecla, la Monegal, el Sant Joan de Reus, entre otros. Ahora, esta oferta todavía será más amplia. Es la ley de la oferta y la demanda», explica Marina Roig, delegada de la junta de personal del Joan XXIII por el sindicato CATAC-CTS/IAC, quien asegura que el problema no sería tan grave si hubiera una buena planificación. «Las universidades deben ampliar las plazas de médicos y enfermeras, y la administración debe dotar de más presupuesto el sistema», añade Roig.

A la falta de personal, cabe sumar el estado de agotamiento total que sufren los profesionales después de dos años y media de pandemia, que se traduce en bajas constantes. «La gente está muy quemada y si le ofrecen un trabajo menos estresante y mejor pagado, se van a ir», explica Francesch, de Metges de Catalunya.

La clave: retener profesionales

«Si el sistema sanitario no es capaz de retener los profesionales y estos nuevos actores que llegan juegan bien sus cartas, podemos tener un problema», explica Sergi Boada, presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona, quien apunta que una de las cosas que podría contribuir a la fuga de talento es la falta de formación continuada que ofrece la pública. «Para los trabajadores, la llegada de estos centros hospitalarios puede ser una oportunidad», dice Boada.

Por su parte, la directora territorial de la Regió Sanitària Camp de Tarragona, Dolça Cortasa, reconoce que «puede ser que algún profesional se vaya a la privada», pero insiste en qué también lo pueden hacer ahora. «No nos preocupa demasiado este tema», concluye.

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