El bloque de edificios número 1 de la Plaça de la Generalitat de Tarragona –justo delante de El Corte Inglés– no tiene barandillas en un gran número de balcones desde hace cuatro años.
La razón de esta ausencia de protectores en las terrazas se debe a unas obras de mejora proyectadas y contratadas para la fachada delantera de este edificio que incluía un cambio estético y de seguridad en cada una de las ocho plantas de altura. En la parte trasera, la mejora de la fachada se ejecutó previamente y se terminó. En esta parte trasera, con vistas a la antigua prisión solo hay ventanas.
El andamiaje se levanto hace cuatro años ocupando la mitad de las seis escaleras que configuran este complejo de viviendas levantadas en los años 60 del siglo pasado.
Y aunque era cuestión de meses terminar la reforma y trasladar el andamiaje a la otra parte de la fachada sin obras, este conjunto de hierros y plataformas todavía sigue allí por motivos difíciles de explicar y una historia envuelta de interrogantes.
Hasta el pasado lunes, 29 de abril, parte del bloque de viviendas (el que da a la República Argentina y el Corte Inglés) estaba rodeado por un andamio gigante sin operarios. Una situación que se ha mantenido así más de tres años.
Esta semana, según ha sabido el Diari, una empresa especializada ha empezado a desmontar el andamio, dejando a algunas de las viviendas sin barandillas en el balcón. Un auténtico peligro para los que viven, ya que, en algunos casos, los vecinos tienen opción de salir a tomar el sol, desayunar o tender la ropa, entre otras opciones.
Todo empezó en noviembre de 2020, cuando empezaron las obras de rehabilitación de la fachada y de los balcones de seis escaleras de la misma edificación. La empresa constructora instaló un andamiaje para unos trabajos que, en un primer momento, tenían que durar tres meses. Tres años y meses después, el andamio todavía yacía en el lugar.
Lo que sí se hizo desde el principio fue desmontar las barandillas de algunos balcones. Solo quedó la plataforma saliente y en la que se pedía a los vecinos que no la usaran para evitar situaciones de peligro.
La cosa cambió cuando los trabajos se paralizaron. El motivo no está del todo claro. Fuentes del administrador de fincas aseguraba hace tiempo que el problema fue la dimisión del director de la obra. La administración de fincas ha cambiado en estos tres años.
Decían que había dimitido porque los vecinos no hacían caso y salían al balcón, pese a la prohibición. Por su lado, los propios vecinos, aseguraban que el problema era de la empresa. Sea como sea, la realidad es que la estructura metálica ha estado más de tres años en la fachada sin realizarse ninguna mejora.
Estos días se ha empezado con la retirada del andamiaje, dejando al descubierto la fachada y los balcones. Terrazas sin barandillas y solo protegidas por una red de rejilla.
Sorprende la imagen de los vecinos saliendo al espacio abierto. Unos desayunando, otros solo mirandoo tendiendo la ropa.... Y todo sin barandilla protectora.
Las preguntas sin responder siguen allí. El Diari ha intentado contactar con el administrador de fincas, cosa que no ha sido posible.
Por su parte, los vecinos están estudiando si tomar acciones legales para esclarecer el asunto y encontrar responsables.