Este mes se cumple un año desde que el papa Francisco destacaba el «rico legado» de la ciudad de Tarragona. Lo hacía ante el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, durante la audiencia privada que Francisco concedió al Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas con motivo de su 30º aniversario.
Aquella fue la primera ocasión en la que un alcalde tarraconense fue recibido en una audiencia privada con un Papa. Anteriormente, Josep Fèlix Ballesteros acudió en junio de 2010 a una audiencia pública con el papa Benedicto XVI acompañando a la banda de Timbals i Sacs de Gemecs de la Germandat del Sant Ecce Homo, si bien en esa ocasión la visita se realizó mediante una audiencia pública en la plaza de San Pedro del Vaticano.
En aquella ocasión, en cambio, Viñuales y el resto de alcaldes de las Ciudades Patrimonio se reunieron con el Pontífice durante 40 minutos en la biblioteca privada del Palacio Apostólico del Vaticano, en un encuentro durante el cual se han abordado temas como el mantenimiento del patrimonio, el papel de la inmigración y la natalidad.
«Rico patrimonio»
El papa Francisco destacó ante Viñuales y el resto de alcaldes el «rico legado» de las ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad, que deben ser para sus pueblos «lecciones de vida por encima de piezas de museo».
«Me alegra poder recibirlos en esta ‘Ciudad’ del Vaticano, que al igual que las que ustedes representan, conserva un rico legado del que somos custodios. Es una gran responsabilidad, pero también una hermosa vocación», se leía en el discurso entregado a los alcaldes y alcaldesas del Grupo que reúne a las 15 ciudades reconocidas por la Unesco por sus valores universales excepcionales.
El pontífice quiso enfatizar que el «interés por el patrimonio no puede quedarse en el ámbito artístico-cultural, sino que ha de tener una perspectiva más amplia, acogiendo la integridad de la persona que recibe este legado y de los pueblos que nos lo han trasmitido».