Los representantes de los polígonos Francolí, Riu Clar y Entrevies se reunían ayer con el Ayuntamiento, a través de la Mesa de Polígons, para abordar el estado de la cuestión de los proyectos pendientes en estas zonas industriales. Entre las cuestiones que se prevé desencallar más a corto plazo está la mejora de la señalización, de forma que se identifique bien el nombre de las calles.
Al respecto, el concejal de Desenvolupament Econòmic, Manel Castaño, aseguró que «el proyecto está hecho y ahora se está redactando el pliegue de condiciones para que pueda salir a contratación». Con todo, la administración local calcula que a lo largo del primer trimestre del año que viene podría iniciarse esta intervención en la que se invertirá alrededor de 90.000 euros.
La movilidad fue la principal protagonista de la reunión. Y, en este sentido, tuvo un papel principal la remodelación del vial principal del polígono Francolí, cuyo proyecto ejecutivo se está acabando de redactar. La actuación prevista afectará al asfaltado, aceras e iluminación. Asimismo, está prevista la habilitación de una nueva rotonda elíptica en la parte central, para evitar que el tráfico rodado tenga que recorrer de punta a punta para hacer un cambio de sentido. En este caso, la inversión supera los dos millones de euros. «Deberemos establecer prioridades para que, según la disponibilidad presupuestaria, pueda abordarse por fases», explicó Castaño.
El representante del polígono Francolí, Narcís Ortega, valoró la transformación que supondrá esta inversión, teniendo en cuenta que «la movilidad, junto con todo el tema de las inundaciones, es una de las principales preocupaciones». El acceso a esta zona cambiará con la nueva rotonda de Icomar, que abrirá una nueva entrada desde la calle A, un entorno ahora muy colapsado por la gasolinera del BonÀrea.
Asimismo, se está a la espera de si la futura infraestructura se verá afectada por las inundaciones, ya que por allí bajan las aguas de lluvia procedentes de los barrios de Riuclar, Torreforta y La Floresta. «Hay un gran túnel que da al mar, que es el que se colapsa y aquí el Ayuntamiento va más perdido porque no se sabe si es responsabilidad de Ematsa, del ACA o de quién es», decía Ortega. La limpieza se hace cada dos años, no obstante, teniendo en cuenta la imprevisibilidad de los episodios de lluvias torrenciales, se ha decidido anticipar un año.