El hombre que abrió fuego contra sus excompañeros de trabajo en una oficina de Tarragona y que fue finalmente abatido por los Mossos d’Esquadra en una masía de Riudoms ha pedido que se le practique la eutanasia. El hospital penitenciario de Terrassa, donde se encuentra ingresado Marin Eugen Sabau a raíz de su detención, ha iniciado el trámite legal para hacer efectiva la muerte asistida a petición del propio investigado.
El sindicato USPAC, que representa a los dos agentes de los Mossos d’Esquadra heridos durante el incidente, ha enviado un escrito al juzgado de instrucción de Tarragona que investiga el caso para que detenga el proceso hasta que el investigado no se haya sometido a juicio. Argumentan que debe prevalecer el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de las víctimas.
El escrito del sindicato razona que el centro hospitalario penitenciario «no tiene facultad» para «dar muerte» a un investigado encarcelado por orden judicial y remarca que, esta situación de privación de libertad, «no es otra que la de dejar a disposición judicial un investigado o procesado».
En caso de que se le practicara la eutanasia, dice el abogado del sindicato, resultaría una «decisión injustificable» para quien «tiene la obligación de que el reo esté a disposición del tribunal», dice el documento.
«Un asesino, o presunto en este caso, no puede sortear ni el juicio ni una condena mediante la eutanasia», continúa el mismo escrito. Por el contrario, sostiene que el órgano judicial debe acordar «todas las medidas de protección necesarias para evitarlas, así como el propio centro de internamiento».
En caso de producirse esta muerte asistida solicitada por el investigado, las víctimas de su acción quedarían «desamparadas» y el juicio no podría celebrarse. «Las víctimas merecen unas indemnizaciones y olvidarse de todo lo que ha pasado», aseguró a ACN el portavoz de USPAC, Albert Palacios, quien precisó que el sindicato no se opone al derecho de Sabau a pedir la eutanasia. «Que lo haga cuando finalice el proceso», cierra.
Cinco heridos
El episodio violento que protagonizó Sabau se saldó con cinco heridos de diversa gravedad: tres excompañeros de la oficina tarraconense de la empresa de seguridad en la que había trabajado, así como dos agentes de los mossos durante la posterior persecución. El pistolero fue abatido y detenido unas horas después en una masía de Riudoms y fue trasladado a un centro hospitalario. Se le diagnosticaron afectaciones irreversibles en la médula espinal y se le amputó una pierna.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 14 de diciembre, cuando Sabau abrió fuego contra seis excompañeros. Después huyo, disparó contra un agente y, finalmente, se atrincheró en una masía de Riudoms. Finalmente, Sabau quedó herido a causa de los disparos de los agentes.