Más electores y más envejecidos
La cifra de ciudadanos llamados a las urnas en la provincia crece un 4% respecto a 2019. Un total de 583.321 personas en la provincia están convocadas para elegir cómo se configuran 184 ayuntamientos. Hay más personas pero también más envejecidas. Un 28% tienen más de 65 años. Podrán votar 8.655 extranjeros. 30.558 personas podrán votar por primera vez, por haber cumplido los 18 años desde que se celebraran los anteriores comicios locales, hace cuatro años.
Un suculento poder territorial
No solo se van a determinar los alcaldes de 184 municipios para el mandato 2023-2027. Hay 1.668 cargos electos en juego. La composición de los diez consells comarcals y de la Diputació de Tarragona va a depender de esta cita. Este domingo se votará en 369 colegios, donde se desplegarán 1.039 mesas repartidas en 542 secciones censales. El más de medio millón de tarraconenses citados para las urnas podrá votar en el horario de siempre en día de elecciones, de nueve de la mañana a ocho de la tarde.
El lunes será tan (o más) decisivo como el 28-M
«Tan importante como el domingo serán los días siguientes, por los pactos que puedan darse», reconoce el politólogo y profesor Oriol Bartomeus. Como en las últimas citas, estas elecciones tampoco acabarán en las urnas. Los pactos servirán para deshacer situaciones equilibradas y decantar alcaldías en un sentido u otro, empezando por Tarragona y Reus, y siguiendo por las principales poblaciones.
Cultura de coalición
Ya ha sucedido este mandato. En nueve de los diez principales municipios de la provincia, salvo la mayoría absoluta de Amposta, se ha gobernado en coalición, y no sin conflictos: salidas y entradas de partidos en Tarragona, pacto roto del PSC con Junts en Tortosa o mociones de censura en localidades como Cambrils o Altafulla que han obrado vuelcos.
220.000 tarraconenses gobernados por alcaldes que no ganaron
La máxima expresión de la filosofía pactómetra es que lleguen a la alcaldía candidaturas que no han ganado. Sucede cada vez más y reabre el debate recurrente de si hay que reformar la ley para que gobierne la lista más votada.
En 14 municipios de la provincia –el 7,6%– gobierna alguien que no ganó. Algunos están entre las poblaciones más importantes, como Tarragona, Cambrils, Altafulla, La Selva del Camp, Cunit, El Catllar o Els Pallaresos.
Hay unos 220.200 tarraconenses, el 26% de la población, gobernados por alcaldes que no ganaron. Sucede también en Sant Jaume dels Domenys, Santa Oliva, Masllorenç, Tivissa, Sarral, Aiguamúrcia o Castellvell del Camp.
Victorias fragmentadas y cada vez menos mayorías
En 2019, los ganadores en Tarragona y en Reus se agenciaron aproximadamente el 22% de los votos. En 1999, 20 años atrás, superaron el 35%. Las victorias son cada vez más pírricas y fragmentadas. El elevado número de pueblos hace que hace cuatro años hubiera 140 mayorías absolutas del total de 184 municipios, pero el número ha ido en descenso en cada nueva cita electoral.
Largas negociaciones
El lunes también comienza una cuenta atrás. Los ayuntamientos se constituyen el 17 de junio. Seguro que muchos apurarán hasta el final para formalizar acuerdos de gobierno o de investidura. En 2019, a diez días para la fecha, había más de 40 municipios en el aire, entre ellos los más grandes.
Los acuerdos Junts-ERC
Todo apunta a que, en clave poder territorial, tanto en la provincia de Tarragona como en Catalunya, Junts resistirá a ERC, pese a estar fuera del gobierno de la Generalitat desde hace meses. Se prevé, por tanto, un cierto equilibrio en el eje soberanista, pero está por ver si esa entente, vital para conformar muchos ayuntamientos en los últimos años, se va perpetuar ahora. «Está por ver qué pasa con esa relación. La presión sobre ERC será grande. Está gobernando la Generalitat con 33 diputados. Lo que suceda en Barcelona marcará mucho. Ahora veremos en los ayuntamientos si la relación entre ERC y Junts de malavenidos o directamente de muy mal rollo, que hace imposible ponerse de acuerdo», indica Bartomeus.
El Postprocés diluye los bloques de antaño
La superación de los momentos más tensos del Procés añade incertidumbre a los posibles entendimientos, en la medida en que abre la puerta a nuevos escenarios. Los bloques soberanistas ya no son tan pétreos. Un ejemplo es que un trato de ERC y PSC ya no es descabellado en ningún sitio.
Más listas y plataformas municipalistas
Se presentan más listas que en 2019: 659 frente a 646. Eso agrega atomización y una cuota de imprevisibilidad. Cualquier cosa puede pasar porque cada municipio es un mundo. Un pacto posible en una localidad puede ser impensable en el vecino. Abundan de nuevo las plataformas municipalistas, casi siempre ajenas a la ideología.
Menos voto por correo
El sufragio por correo ha acabado bajando un 52% en Tarragona, lo que puede apuntar a una menor participación. Un total de 6.761 tarraconenses han votado por correspondencia. En 2019, fueron 10.309. Para este año, lo habían solicitado 7.474 pero finalmente una parte no ha acabado emitiendo el voto, a pesar de solicitarlo y de haber iniciado el proceso. En cualquier caso, los niveles de movilización serán claves para los recuentos. La participación en la provincia subió cinco puntos, del 60% al 65%, entre 2015 y 2019, en pleno auge del Procés. También hay que tener en cuenta que se celebraron también europeas.
