Ya es un hecho. La Diputació de Tarragona ha comprado el edificio de la Plaça Imperial Tarraco número 6, que antiguamente acogía la sede de Caixa Tarragona. El trámite se ha llevado a cabo esta mañana, después de que el pleno de la Diputació haya aprobado la adquisición directa del inmueble por 4,5 millones de euros. El edificio está cerrado desde 2020 y la previsión de la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, es que vuelva a abrir sus puertas antes de acabar el 2027. «Con esta operación, podremos fusionar la sede corporativa y la operativa, dejando el Palau del Passeig de Sant Antoni para la parte más institucional y protocolaria», ha explicado Llauradó.
Cabe recordar que en el año 2013, y bajo la presidencia de Josep Poblet (CiU), la Diputació ya se hizo con el edificio Síntesi, ubicado justo al lado del inmueble ahora adquirido, en la calle Pere Martell. Actualmente, en esas dependencias se encuentra Base, además de las oficinas de medio ambiente y carreteras. La idea es que el nuevo edificio sirva para poder trasladar a gran parte de los trabajadores que ahora se encuentran en el Passeig de Sant Antoni.
La Diputació ha podido adquirir el inmueble a través de una adquisición directa, gracias al derecho de tanteo y retracto, que se encargó de registrar en 2013 el entonces presidente del ente supramunicipal, Josep Poblet. Para que lo entendamos, Poblet, cuando compró el edificio Síntesi, procuró que la institución tuviera cierto privilegio a la hora de comprar el edificio, si en algún momento la propiedad quería venderlo. Y así ha sido. El BBVA, quien habría recibido varias ofertas de compra en el último año, ha vendido el inmueble a la Diputació por 4,5 millones de euros. «Lo mejor de todo es que lo adquirimos a pulmón, es decir, con recursos propios y sin dejar de hacer nada de lo previsto», añade la presidenta.
«Esta operación va más allá de la institución, ya que beneficia al conjunto de la demarcación y mejorará la eficiencia en todos los ámbitos», dice Llauradó, quien añade que «se trata de un salto cualitativo para convertir la Diputació en una administración del siglo XXI, además de ser un momento histórico». A partir de hoy, la Diputació ya podrá empezar a redactar el proyecto para reformar el equipamiento. Una remodelación que, según un primer presupuesto, ascendería a 5,5 millones de euros.
Junts sigue con el ‘no’
La compra del inmueble se ha efectuado esta mañana, después de que cuatro de los cinco partidos con representación en el pleno de la Diputació haya apoyado la iniciativa. Han sido los dos grupos de gobierno, ERC y PSC, además del PP i VOX. Por su parte, Junts –primer partido de la oposición– ha mantenido su negativa, como ya hizo en febrero, cuando se aprobó el modificativo de crédito que permitía tirar adelante la operación. 15 votos a favor por 8 en contra. El argumentario de Junts pasa por denunciar que se están destinando muchos recursos a la ciudad de Tarragona, en detrimento al resto de municipios de la demarcación, y acusa al gobierno de centralismo. Además, la formación capitaneada por el alcalde de Vila-seca, Pere Segura, recrimina a Llauradó actuar improvisando. Además, Junts deja entrever que una adquisición de este tipo debería hacerse a través de concurso público, cosa que Llauradó niega. «Tenemos informes, tanto internos como del Departament de Presidència, que aseguran que el trámite administrativo que hemos llevado a cabo es el correcto», añade la presidenta.
Por su parte, el presidente del grupo político de Junts en la Diputació, Pere Segura, ha explicado en el pleno que «nuestro modelo territorial huye de la improvisación y de esta manera de gobernar a salto de mata», y ha definido esta operación de compra como «un mercadeo de recursos para satisfacer los intereses políticos de algunos». Por otro lado, Llauradó ha recriminado a Junts no buscar el consenso, y ha añadido que «espero que esta actitud cambie para poder afrontar otras cuestiones que también beneficiarán a la ciudadanía».