Gerard, un usuario de Reus, salió en el tren de las 7.05 y llegó a Barcelona después de tres horas y media de viaje. Para la vuelta, se buscó un coche.
«Estamos en un punto de desesperación. Estamos al límite». Lo manifiesta la portavoz de la plataforma de usuarios Dignitat a les Vies, Ana Gómez Llauradó, tras las primeras 48 horas de servicio ferroviario entre Tarragona y Barcelona tras el corte de vías debido a las obras en el túnel de Roda de Berà. Ayer, los retrasos volvieron a protagonizar el día.
Los viajeros del corredor sur no han tenido ni un momento de tregua desde que se restableció la circulación. Una avería de señalización entre Torredembarra y Sant Vicenç de Calders provocó este miércoles retrasos de entre veinte y treinta minutos durante todo el día. El gestor de infraestructuras Adif afirmó que tendrá que estudiar la causa y analizar si tiene que ver con las obras.
Entre los viajeros que utilizan este servicio de forma recurrente están sonando ya tambores de guerra y no se descartan movilizaciones si los problemas se mantienen. «Todos los días vemos como los trenes salen tarde y los que no salen tarde es porque los han suprimido. La falta de información deja a los viajeros desesperados y desorientados en las vías», indica Gómez Llauradó.
«En cualquier Estado serio habría dimisiones políticas», agrega con indignación.
Algunos viajeros ya echan en falta los autobuses del Pla d’Alternatives de Transport, que han cubierto el tramo hasta Sant Vicenç de Calders durante estos cinco meses de obras. «Por lo menos los autobuses iban bien. Es verdad que tenías que hacer transbordo y los horarios no cuadraban, pero nunca pensé que preferiría aquello a este calvario», decía Araceli Muñoz, una usuaria.
La plataforma Dignitat a les Vies se lamenta: «no sabemos la verdad de por qué no funciona el servicio».
Asimismo, denuncia que más allá de celebrar reuniones diarias, Adif, Renfe, la Generalitat y el Ministerio de Transportes tienen que hacer «cambios inmediatos» y proporcionar «soluciones concretas» que garanticen a quienes van a trabajar o a estudiar que podrá llegar.
«Si tienen que parar las obras que las paren, si tienen que reorganizar el servicio, que lo hagan y que resuelvan de una vez por todas el tema de los maquinistas para que no lleguemos a la huelga», dice Gómez Llauradó.
Ayer, los problemas no solo afectaron al servicio de Rodalies y Regionals, sino que incluso el Avant de primera hora desde Tortosa no llegó a la estación.
«La última vez que estuvimos en el Parlament prometimos que no nos bajaríamos del carro y no lo haremos. 48 horas después de la reapertura de la línea estamos llorando porque la situación es límite, pero somos el Ave Fénix y saldremos más fuertes para defender las vías y porque nuestro futuro no seguirá dependiendo de la indiferencia de las instituciones que nos gobiernan», concluye la portavoz de la entidad de usuarios.
Estos días, los autobuses exprés que enlazan Tarragona y Barcelona están batiendo récord de usuarios, mientras empiezan a reorganizarse los que iban en coche, tras comprobar que los Regionals no son una alternativa para acudir al trabajo.