El Ayuntamiento de Tarragona quiere escuchar la voz de la ciudadanía para definir cómo será el Miracle después de los trabajos de desmontaje de la plataforma de hormigón, conocida popularmente como el ‘mamotreto’. Así lo avanza el concejal de Medi Ambient, Guillermo García de Castro, quien explica que «queremos escuchar las propuestas que puedan surgir para la renaturalización del espacio y que puedan tenerse en cuenta en la redacción del proyecto que tendrá que hacerse».
El proceso se pondrá en marcha de cara al «primer trimestre» del año que viene, a través del canal Participa Tarragona. Este está disponible en la página web del Ayuntamiento y se ha utilizado para conocer la voz de la ciudadanía en procesos como la redacción del POUM o el Pla Integral de la Part Baixa, entre otros.
Los detalles del proceso están acabando de perfilarse, teniendo en cuenta que el próximo día 12 de diciembre finaliza el plazo de la licitación para la redacción del proyecto ejecutivo de restauración ambiental de este ámbito. «El concurso nos dirá la empresa contratista que se hará cargo de definir este proyecto, en el que se tendrá en cuenta la participación de la ciudadanía, que podrá hacer llegar sus propuestas», argumenta el quinto teniente de alcalde.
La intervención pretende aumentar la resiliencia de la playa, mejorando el impacto paisajístico y mitigando los efectos del cambio climático en el espacio existente.
«Es un tema que pedimos en una de las reuniones del Consell Municipal de Medi Ambient para que la gente pueda hacer llegar sus aportaciones», explica desde la plataforma SOS Costa i Camp de Tarragona Lluís Estamariu.
Más de una década cerrado
La entidad ecologista siempre ha tenido un papel protagonista en la recuperación de este entorno y, precisamente, fue la presión ciudadana que se ejerció desde el colectivo lo que hizo que el Ayuntamiento de Tarragona tomara la decisión definitiva de desmontar este elemento, que recordemos está cerrado desde hace más de una década por problemas estructurales.
En aquellos momentos, SOS Costa i Camp de Tarragona presentó un dibujo sobre cómo podría quedar el espacio, a partir de la creación del Parc de la Punta del Miracle. Este no tan solo afectaba a la superficie ocupada por la estructura de hormigón y hierro forjado, sino que era mucho más ambicioso y también incluía el parque del otro lado, además de la zona de los fortines de la Reina y de Sant Jordi.
Los ecologistas apuestan para que el futuro de este entorno sea «similar» a lo que Hugo Prades dibujó, con un espacio dunar renaturalizado, un punto de restauración «integrado que no hace falta que sea como los chiringuitos que tenemos en la Arrabassada» y que «esté encajado y armonizado».
Estamariu explica que en esta fase de renaturalización tendrá que estudiarse si quiere generarse un pinar o una zona de sabina. Unos detalles que tendrán que irse perfilando, mientras defiende que el Miracle del futuro debe ser «un nuevo espacio de socialización de los tarraconenses, en el que evidentemente no tienen cabida los coches».
«Restringir» los vehículos también es una propuesta que lanza Josep Maria Bertran, que como vecino de la Vall de l’Arrabassada confía en «recuperar la playa que teníamos antes» y esto pasa por «abrir» y «facilitar» el acceso de cara a la ciudadanía. «Todo lo que pueda hacerse en cuanto a la mejora de la vegetación y la recuperación de unas especies mediterráneas adaptadas y que ayuden a reducir los afectos del cambio climático será bienvenido», argumenta.
Este también es partidario de incluir el ámbito de los fortines en un proyecto de transformación, que se ha puesto en marcha con una ayuda de 49.780 euros por parte de la Diputació. De acuerdo con las bases de la convocatoria, la empresa contratista dispondrá de un plazo de cinco meses para la definición de unas actuaciones que deberán asentar las bases técnicas y ejecutivas para proteger el litoral del Miracle, mediante actuaciones que favorezcan el retorno de beneficios ecosistémicos sobre la ciudadanía, así como proyectar mejoras en el entorno periurbano dirigidas a la integración e incremento de las zonas verdes.
Esta segunda fase quiere activarse prácticamente a continuación de la finalización de los trabajos de demolición. Al respecto, el responsable municipal de Medi Ambient explica que, desde los servicios de contratación del Ayuntamiento, se están estudiando «las ofertas económicas y las propuestas técnicas» para la adjudicación de las obras.
Un total de diez empresas se presentaron al concurso abierto desde la administración, que se cerró el pasado jueves día 31 de octubre. Este es el último paso de cara al inicio de unos trabajos largamente esperados y que se prevé que se pondrán en marcha a lo largo del primer semestre del año que viene. Este es uno de los proyectos dentro del Greenbelt’27, que se financiará con fondos europeos.