La fase de debate con los partidos para la redacción del nuevo Pla d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM) finalizaba esta semana para iniciar a nivel técnico la redacción del primer anteproyecto, que será el que dará pie al inicio de la fase de participación ciudadana. Esta primera etapa ha evidenciado las discrepancias políticas que despierta la planificación urbanísitica y que ya se han visto en el salón de plenos, unas diferencias que generan sombras en cuanto a la aprobación en tiempo récord que debe sacarse adelante.
Junts per Tarragona y la CUP defienden el proceso que se ha llevado a cabo por su socio de gobierno, ERC. Pese a ello, consideran que deberían ampliarse los informes que contribuyan a dilucidar el debate. Así lo apuntaba el portavoz juntaire, Dídac Nadal, quien considera que «para intentar preservar el plan, sería interesante actualizar y los datos en cuanto al riesgo químico y adaptar los informes del antiguo POUM como el de la edificación, para poder hacer una propuesta con más rigor». Al respecto, desde la CUP también apuntaba que «esperamos que se incorporen otros estudios, para valorar la presión antrópica, que acaben de perfilar este borrador».
Ambos partidos no comparten que las sesiones que se han desarrollado giren alrededor de la propuesta de ERC, tal y como se acusaba desde el PSC el pasado martes. «Es la propuesta que se hace desde Territori a todos los grupos, para compartirla con todos los concejales y mejorarla en la medida de lo posible», indica Nadal. Su postura tampoco busca generar grietas alrededor de los grandes crecimientos de Llevant, que quieren eliminarse. «No tengo porque hacer análisis de unos planes parciales cuando quien tiene las competencias, que es Territori de la Generalitat, se los ha cargado a través del Pla Director Urbanístic de Sòls no Sostenibles», decía.
Por su parte, Eva Miguel, que había pedido una sesión específica para hablar sobre los sectores de crecimiento, afirmaba que la propuesta actual «era la que consideramos que tenía más consensos dentro del gobierno y que ahora deberá acabar de perfilarse con el proceso participativo, que será la clave del éxito».
Desde En Comú Podem, Carla Aguilar, defendía que «podemos coincidir en la base», y opina que «debe recoger de forma clara el urbanismo feminista desde la parte de la diagnosis». Aguilar también argumenta que «es importante que haya una sujeción del crecimiento urbanístico según el crecimiento demográfico».
Desde Cs, Lorena de la Fuente lamentaba que «en ningún momento hemos podido negociar sobre qué ciudad queremos». Y, al respecto, indicaba que «deberían haberse consensuado con toda la corporación temas históricos como la plataforma del Miracle, la Tabacalera y la Savinosa».
El Partido Popular asegura que «somos partidarios de aprovechar muchas cosas del POUM de 2013». Así lo apuntaba José Luis Martín, quien considera que «el crecimiento debe ser hacia Llevant, ya que hay más suelo y más posibilidades de crecimiento con planes parciales que ya estaban en marcha».
Finalmente, José Luis Calderón (no adscrito) aseguraba que «se echa de menos la participación de los diferentes actores sociales, ciudadanos, empresariales, comerciales y económicos que, en definitiva, son los que sufrirán o se beneficiarán del presunto nuevo POUM».
