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Los siete retos para el curso escolar que comienza en Tarragona

Bajo nivel en lenguas y ‘mates’, problemas de salud emocional, dificultades económicas... Profesionales y familias hablan de los deberes del año que arranca

05 septiembre 2024 20:37 | Actualizado a 06 septiembre 2024 07:00
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La cuenta atrás está en marcha. El lunes que viene arranca el curso 2024/2025 para los alumnos de infantil, primaria y secundaria obligatoria. Con datos sobre la mesa, y con la ayuda de profesionales y familias, hacemos un repaso de algunos de los retos principales del año que comienza.

1- Revertir resultados unos ‘catastróficos’

A finales del año pasado el titular era: «Resultados catastróficos». Catalunya obtenía los peores datos de su historia en el informe PISA, la evaluación internacional que la OCDE hace a los estudiantes de 15 años de unos 80 países. En la comparación por comunidades autónomas Catalunya caía hasta el puesto 15 de 22 en competencias matemáticas y hasta el 19 de 22 en comprensión lectora.

Los datos causaron gran revuelo en su momento, pero luego otras cifras han venido a confirmar que algo no va bien. En las pruebas de matemáticas de acceso a la universidad del mes de junio, por ejemplo, la media de los alumnos no llegó al aprobado; se quedaron en 4,87 sobre 10.

Si se ahonda en el caso de Tarragona los datos no son mejores. En las pruebas de competencias básicas que se realizaron el año pasado a los alumnos de sexto de primaria el 18,8% se situó en el nivel ‘bajo’ (en Catalunya son el 17,5%) en lengua catalana. Además otro 20,7% se encontraba en el nivel ‘medio-bajo’.

En castellano los datos son similares: el 18,1% de los alumnos estaba en el nivel más ‘bajo’; el mismo 18,1% que en matemáticas. Los peores resultados, no obstante, son los de conocimiento del medio natural, donde hay 19,5% de escolares en la franja baja. En todos los casos, los resultados de la demarcación son ligeramente peores a los del conjunto de Catalunya.

Jordi de Carreras, presidente de la AFFAC, federación a la que pertenecen más de 2.400 asociaciones de familias de Catalunya, asegura que es urgente «recuperar la confianza en el sistema que ha sido minado con todos estos informes».

Para ello cree que urge mejorar el acceso de los docentes a la formación inicial y permanente. Considera, además, que hay que conseguir aumentar el prestigio social de esta profesión.

Blanca Carrión es directora de la escuela pública Cèsar August y presidenta de la junta de escuelas públicas de la ciudad de Tarragona. Cuando se le pregunta por los retos del curso que viene, también nombra enseguida los esfuerzos que hay que hacer en comprensión lectora o en competencias matemáticas. No obstante, si se le pregunta si cuenta con suficientes medios para esta tarea habla de «un problema endémico de falta de recursos humanos».

2- Trabajar por la equidad

Otra asignatura en la que lleva trabajando los últimos años el sistema en general y la ciudad de Tarragona en particular es la segregación escolar.

La segregación escolar es, a grandes rasgos, la concentración de alumnos vulnerables en determinadas escuelas o institutos. Según el Síndic de Greuges, la ciudad, aunque mejora sus datos, es el tercer municipio de Catalunya de más de 5.000 habitantes con más segregación escolar.

El Institut Municipal d’Educació de Tarragona ha puesto en marcha diferentes iniciativas en los últimos años, desde un cambio en la zonificación escolar hasta un estudio detallado de los alumnos antes de ingresar al sistema para determinar si tienen necesidades educativas especiales con el fin de distribuirlos mejor entre los centros de la ciudad.

No es tarea sencilla, ya que la segregación escolar en Tarragona está estrechamente relacionado con una segregación urbanística, es decir, una concentración de familias de unas características determinadas en ciertas zonas de la ciudad.

Hace unos días la Fundació Bofill alertaba a la nuevo Govern de la Generalitat de que «los resultados educativos solo mejorarán si se reducen las desigualdades» y pedía destinar más recursos a los centros de mayor complejidad.

El caso es que la segregación impacta directamente en los resultados globales. El jefe de proyectos de la Fundació Bofill, Miquel Àngel Alegre, señalaba que «los resultados de PISA muestran que los países que destacan en excelencia y altos resultados también lo hacen en equidad».

Según datos del Departament d’Educació del 2021, los servicios territoriales de Tarragona son, detrás de los de las comarcas de Barcelona, los que tienen más centros de alta o muy alta complejidad de Catalunya. Aquí el 13% de los centros escolares están considerados de muy alta complejidad y un 24%, de complejidad alta.

La complejidad se determina en base al nivel de instrucción y empleo de los padres, el porcentaje de inmigración o el número de alumnos con necesidades educativas especiales.

3- Apoyo a las familias

Estrechamente relacionados con la equidad están los costes que tienen que asumir las familias pese a la supuesta gratuidad de la educación obligatoria. En este sentido De Carreras, de la Affac, recuerda que casi la totalidad de las escuelas públicas cobran cuotas que además aumentan cada año, lo que impacta directamente sobre las familias más vulnerables.

En este sentido critican el vale escolar puesto en marcha por la Generalitat y que se ofrece indiscriminadamente a todas las familias independientemente de su condición. En su opinión este presupuesto debería ir directamente a las escuelas en función de sus necesidades.

Otro aspecto sobre el cual alertan es el comedor escolar. Consideran que debería ser gratuito y universal, y ampliarse hasta secundaria, ya que la mayoría de institutos no tiene.

Justo ayer se daba a conocer que un millón de niños en España de familias con pocos recursos no disponen de una beca comedor para alimentarse en los centros de educación obligatoria, una ayuda que solo llega al 13,1 por ciento de los alumnos que la necesitan, según un informe de la ONG Educo.

4- Mejorar las infraestructuras

Las clases en barracones comienzan a ser un problema del pasado, aunque en la ciudad de Tarragona siguen estudiando en módulos prefabricados los alumnos de la Escola Ponent y los estudiantes de la ESO del Institut-Escola l’Arrabassada.

Ahora, otro de los grandes retos (que no el único) en cuanto a infraestructuras, es hacer frente al calor en las aulas. En este sentido, los avances han sido mínimos y los prometidos ventiladores solo han llegado a algunos centros.

Jordi Satorra, director del Institut Antoni de Martí i Franquès, explica que el suyo es uno de esos centros a los que no ha llegado ningún aparato. Igual que otros centros, ha optado por medidas propias para paliar el calor, como plantar árboles en el patio y crear una zona de sombra para leer al aire libre.

5- Normativa cambiante

Este curso, una vez más, los centros deberán adaptarse a cambios en las leyes educativas estatales y autonómicas. Pablo Muñoz es director del Col·legi Sant Pau de Tarragona e interlocutor de las escuelas concertadas de la ciudad. Apunta a este como uno de esos retos a los que se enfrentan los docentes en su planificación y que son ‘invisibles’ para alumnos y familias.

Uno de los casos más evidentes de esos cambios de dirección es el que vivirán los alumnos que comienzan segundo de bachillerato. Se sabe que presentarán un nuevo formato de selectividad, pero todavía no se conocen los detalles.

A esto hay que sumar que acaban de producirse cambios debido el relevo político en la Generalitat y todavía no se conoce si habrá cambios en los responsables territoriales.

Otra de las normativas que se estrena este curso, como recuerda Satorrra, tiene que ver con el uso de los móviles en el instituto. En el caso de su centro el claustro, a petición de las familias, ha votado por un sistema aún más restrictivo que el propuesto por la Generalitat. Así, por ejemplo, los alumnos de primero y segundo de la ESO no podrán usar los teléfonos inteligentes en ningún momento, ni siquiera para actividades pedagógicas. Ahora queda por ver cómo funcionará la medida.

6- Atención a la salud emocional

La salud emocional del alumnado y de los profesores es otro de los temas que los profesionales mencionan en los primeros lugares cuando se les pregunta por los retos. Blanca Carrión explica que «estamos en una sociedad cambiante y los niños no son ajenos a esa vorágine» algo que influye en sus resultados académicos.

Pablo Muñoz, por su parte, apunta que la salud emocional está obligando a los profesores de su centro a formarse en aspectos específicos para poder acompañar a sus alumnos en temas como el abuso de pantallas, las autolesiones o el suicidio.

7- Conseguir que sigan en el sistema

Y, finalmente, otro reto que no atañe solo a las escuelas es conseguir que los alumnos sigan en el sistema escolar. Aunque el problema se gesta mucho antes, el momento clave es cuarto de la ESO, cuando termina la etapa obligatoria y muchos adolescentes abandonan el sistema incapaces de encontrar una trayectoria a seguir.

Es cierto que en Catalunya el abandono escolar se ha ido reduciendo (se situó en el 14% el año pasado), pero no hay que perder de vista que en la ciudad de Tarragona tres de cada diez jóvenes de entre 15 y 30 años no tiene estudios más allá de la ESO.

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