Objetos punzantes, cortantes o contundentes así define el sindicato Marea Blava la clasificación de armas que los internos de las cárceles catalanas tienen de forma ilegal en su poder por dos motivos: defenderse o agredir (sea el motivo que sea).
Un estudio elaborado recientemente y que este viernes ha publicado la entidad refleja una preocupante escalada de estas armas en 2022, el año que oficialmente se considera superada la pandemia. El sindicato esgrime que la “normalidad” en todos los procesos del funcionamiento penitenciario también se vislumbra en esta posesión de objetos que los funcionarios retiran a medida que los localizan.
En 2022, los funcionarios interceptaron y decomisaron 435 objetos potencialmente mortales en las 9 cárceles catalanas y en el cómputo de años desde el cierre de la Model de Barcelona, en 2017, la cifra supera las 2.000 unidades.
En el caso de Tarragona, la situación es un reflejo del resto de los nueve centros penitenciarios de Catalunya en estos últimos seis años (la Model solo cuenta en las estadísticas del primer año, puesto que cerró en 2017)
La cárcel de Tarragona (el Centro Penitenciario de Mas d’Enric, situado en el término de El Catllar) se activó en 2015 y en estos ocho años y medio de funcionamiento su capacidad roza la “plena ocupación”. La cifra de internos es de casi 830 estos primeros días de julio, con casi el 80% de internos del sexo masculino.
El análisis del sindicato apunta a que Mas d’Enric no es de las cárceles con más número de requisiciones de armas, pero si que las cifras que ha obtenido Marea Blava reflejan preocupación entre los funcionarios de seguridad ante el riesgo potencial de su uso contra ellos o bien en peleas entre reclusos.
En estos seis años, los funcionarios han interceptado 231 armas, siendo 2022 el año con más objetos punzantes, cortantes o contundentes decomisados (53). La media en la cárcel de Tarragona es que hay casi 7 armas cada 100 presos.
El centro penitenciario hoy en día cuenta con una población reclusa casi a la par entre internos españoles o de otros países (56-44%) y con un 80% del total de sexo masculino, han explicado fuentes autorizadas al Diari. De los casi 830 internos que están actualmente en Tarragona, un 13% están condenados por delitos de homicidio y 5 internos del total de la prisión están clasificados como “muy peligrosos”.