Los municipios afectados por el complejo petroquímico de Tarragona piden más información principalmente en los episodios de malos olores. También que se haga más pedagogía para poder informar a los ciudadanos, muchos de ellos todavía recelosos con los datos que se aportan sobre la contaminación.
Así se ha puesto de manifiesto en la jornada Per a què serveixen les dades de la qualitat de l’aire, oportunitats i limitacions, que se ha hecho esta mañana de miércoles, propiciada por el Observatori de la Qualitat de l’Aire del Camp de Tarragona. Durante el encuentro se ha constatado que la zona de la gran industria es el territorio más monitorizado de Europa, lo que permite que se analizan entre 150 y 200 compuestos volátiles, de los cuales se conocen su toxicidad y si impacto en las personas y medio ambiente pero que muchos de ellos no tienen una regulación en cuando a cuáles tienen que ser los niveles máximos.
Cabe apuntar que el Observatori es iniciativa liderada por Repsol, en colaboración con la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT) , con la realización técnica de entidades científicas como Universitat Rovira i Virgili -URV- y Eurecat Centre Tecnologic de Tarragona. La entidad está coordinada por el Instituto Cerdà.
La seguridad
El presidente de la AEQT, Ignasi Cañagueral, aseguró, al inicio de la jornada, que una de las principales prioridades para la asociación que preside es «seguridad y medioambiente». Y destacó que el Observatori ha generado unos 70.000 datos desde que se creó. «Actualmente hay 22 poblaciones que se están analizando», dijo. Mencionó que la URV aporta el rigor científico y destacó que la iniciativa del Observatori es «única en el mundo». Y destacaba que polígonos químicos mayores que el de Tarragona, como el de Amberes o el de Houston no tienen este instrumento. Y este, según Cañagueral, aporta «rigor y transparencia».
Una mesa redonda con una visión más técnica abordó la información que genera el Observatori. Al respecto, Enedina Espallargas, gerente de Medi Ambient del Complex Industrial de Repsol en Tarragona, destacó que el aire del Camp de Tarragona «es donde más controlado está». Sobre si los ciudadanos están preocupados por dicha calidad, indicó sí que están «inquietos» y añadió que «los datos, poco a poco, han ido mejorando la percepción de la calidad del aire».
Francesc Borrull, catedrático de Química Analítica de la URV y director científico del Observatori, destacó que habían desarrollado un método para monitorizar los compuestos volátiles, lo que «nos permite obtener información valiosa a un coste asequible», «sabemos los compuestos que producen las industrias, su toxicidad y el impacto sobre las poblaciones», dijo.
Sustancias controladas
Actualmente, hay 70 compuestos que tienen propiedades endrocrinas con afectación sobre la salud y que son controlados por el Observatori, pero hay entre 150 y 200 compuestos de los que se sabe su toxicidad y su impacto pero que no hay ninguna normativa que indice los valores máximos que pueden alcanzar, solo recomendaciones.
Por su parte, la coordinadora de Medi Ambient del Port de Tarragona, Cristina Miret, indicó que si también ellos tienen analizadores que controlan los compuestos volátiles. Sobre qué se puede hacer de más, respondió que intentar explicar el trabajo que se realiza y también avanzar en la legislación en aquellos compuestos de los que no hay una normativa, solo «recomendaciones internacionales». En el mismo sentido se refirió Espallargas, quien apostó por seguir haciendo «pedagogía para acercarnos más al entorno».
Francesc Borrull aseguró que hay que apostar por «saber interpretar los resultados que salen» y que, de cara al futuro, se podrán saber las incidencias que se producen en momentos puntuales «y realizar acciones de mejora, ajustar los puntos de medida más a la realidad y al territorio»
Los municipios hablan
¿Los ciudadanos tienen el suficiente conocimiento o información sobre la calidad del aire? Bajo esta premisa, cuatro alcaldes de municipios afectados por los dos polos químicos tuvieron que pronunciarse. Pere Segura, de Vila-seca, puso el énfasis en los episodios de malos olores, momento en que la centralita de la Policía Local recibe muchas llamadas «y yo no sé que está pasando. Hay un camino de mejora de la comunicación».
Segura reconoce que algo se ha hecho, y se demuestra en que no está en los temas recurrentes. Pero en el tema de los malos olores, «por mucho que les digas –a los ciudadanos– que no es malo, no lo tenemos que normalizar–.
Roc Muñoz, alcalde de La Canonja, aseguró que la gente, en el tema de los malos olores o de la seguridad química, «no está con una angustia constante». Sobre los malos olores, dijo que los peores que ha sufrido su municipio procedían de la depuradora de Vila-seca Salou. Y que el impacto que más tiene es una antorcha sacando humo negro.
El alcalde de Perafort, Joan Martí Pla, apostó por ser más «pedagógicos» así como en mejorar la comunicación. Y que un buen instrumento para ello son las jornadas de puertas abiertas. También pidió que se implique más a los jóvenes. Finalmente, Joan M. Sardà, alcalde de La Pobla de Mafumet, indicaban que «tenemos muchas herramientas y la información, a veces, nos llega sesgada. Y apostó también por las jornadas de puertas abiertas.
La jornada fue clausurada por el director del Complex Industrial de Repsol en Tarragona. Javier Sancho recogió el guante de apostar por mejorar la formación la pedagogía así como de informar «mejor y con inmediatez!. Finalmente, pidió a la Generalitat que ponga en marcha la Taula de la Qualitat de l’Aire.