Cada año, miles de toneladas de comida acaban en la basura. Actualmente, las personas mayores de 50 años, especialmente si conviven con hijos ya mayores, son el grupo poblacional que lidera el desperdicio de alimentos en los hogares, sobre todo de recetas. Es un dato que se desprende de la encuesta anual del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación referente a 2022.
A pesar de todo, en el cómputo global, los hogares españoles desperdiciaron en 2022 un total de 1.170,45 millones de kilos o litros, lo que supone un 6,1% menos que el año anterior y un 13,5% menos con respecto al 2019, antes de la pandemia. Los que mostraron mejor comportamiento fueron los jóvenes que viven de manera independiente, así como las personas comprendidas entre los 35 y los 49 años, única franja que ha reducido de manera importante las cifras.
El informe apunta que aunque los productos sin elaborar siguen siendo los más desechados, se ha reducido en más de 3 puntos porcentuales el número de hogares españoles que los tiran.
Especialmente notable es la reducción en las frutas, el grupo que mayor peso tiene en el cubo de la basura y que tradicionalmente han sido mal gestionadas. En 2022 las frutas redujeron su desperdicio en un 8,0%, salvándose casi media tonelada a la semana de ser tirada respecto del año anterior. No obstante, el desperdicio de recetas es de lo más significativo. Los autores del estudio destacan que «llama la atención cómo los platos de base de carne y pescado, productos con un mayor precio de compra y que en ocasiones necesitan de más recursos para cocinarse, han sido de los que más aumentaron su volumen de desperdicio».
De hecho, los platos de base de carne escalaron del tercer puesto en cuota de desperdicio dentro de las recetas, aumentando en casi tres puntos porcentuales su presencia, con platos como estofado de ternera, lomo de cerdo, filete de ternera y cortes de pollo. Mientras, entre los platos de base de pescado cuentan la merluza, la dorada, los calamares o la fritura».
En cualquier caso, si bien los hogares han mejorado, son los establecimientos los más responsables al respecto.
Las maneras de evitar que los alimentos acaben en el cubo de la basura son variadas. Aitor Pocovi, de panadería Panet, en Tarragona, explica que lo que sobra se devuelve al obrador central, a Sant Boi de Llobregat. No obstante, se trabaja con la idea de «apurar lo máximo posible las cantidades que elaboramos de cada cosa para no malbaratar».
Comedores sociales y app
En otros casos se hace a través de la app To Good To Go, donde están presentes desde tiendas hasta restaurantes, que ponen a la venta sus productos a un precio inferior a una hora determinada del día. Núria Caler, de Verdós, cuenta que «con las frutas y verduras que se pueden aprovechar se hace un pack que cuesta tres euros y por la tarde lo vienen a buscar».
Mientras, los clientes de BonÀrea pueden comprar la fruta menos vistosa un 20% más barata. La encargada, Gloria García, comenta que «a la carne fresca, a dos días de caducar, se le aplica un 20% de descuento y si aun así no se vende, se devuelve a la central, a Guissona».
Por su parte, Mercadona también rebaja los precios a última hora de la noche para ajustar stocks. Sin embargo, la filosofía de la cadena, puesta en marcha hace dos años y medio, va mucho más allá. «Todas las tiendas de Catalunya están vinculadas a un comedor social», cuenta Beatriz Feced, directora institucional de Tarragona y Lleida. De esta forma, todo lo que no se vende, se dona. Y aquí entra, sobre todo, la última hornada de pan, frutas y verduras, lácteos, pescado conservado en bandeja y carne. Por lo que respecta al producto fresco, «se retira con cuatro días de antelación a la fecha de caducidad porque consideramos que si un cliente se lo lleva a casa tiene que tener tiempo de consumirlo. Para nosotros es básica la seguridad alimentaria», apunta Feced.
En esta línea, desde Mercadona se lleva a cabo un seguimiento del comedor social para «comprobar que las donaciones se hacen de forma correcta». La cadena trabaja con 24 entidades y durante el primer semestre de 2023 se donaron 260,3 toneladas de alimentos. En Tarragona son especialmente receptores Taula Amiga o Joventut i Vida, en Bonavista, que da de comer diariamente a 350 personas, «con producto 85% Mercadona», como resalta Beatriz Feced.