Lluïsa Brull ha sido reelegida como presidenta del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (CODITA). «Tanto mi equipo como yo nos quedamos con ganas de continuar, ya que los dos años de pandemia no nos han permitido tirar adelante algunos proyectos que teníamos previstos», explica Brull, quien ya lleva cuatro años en el cargo. Brull ha sido enfermera durante 42 años y ha desarrollado su trayectoria profesional en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa. La entrevistada nació en Roquetes (Baix Ebre) y ahora tiene 66 años. Está jubilada y por eso puede dedicar todo su tiempo a defender los intereses del colectivo.
Las enfermeras han sido el ‘pal de paller’ durante la Covid.
Correcto. Hemos estado al pie del cañón constantemente. Pero la situación nos ha desbordado, porque no creíamos que habría tantas olas. Esta última nos ha cogido cansadas y con pocos recursos.
¿Qué os ha dejado al colectivo esta pandemia?
Sobre todo nos ha alertado de que tenemos que estar preparados por si viniera otra circunstancia como esta. La administración lleva recortando desde 2010 sin pensar que podía pasar algo así. Por otro lado, la enfermería ha mostrado lo que es trabajar unidos, fent pinya, pese a las depresiones y angustias que estamos pasando. Ahora, llega el momento de cambiar el chip, recuperar la actividad asistencial y recortar las listas de espera.
¿Depresiones y angustias, dice?
Hay una encuesta a nivel español que dice que un 53% de las enfermeras querría abandonar la profesión. Estábamos preparadas para todo, menos para ver cómo la gente se moría sola. Ahora que la cosa se ha normalizado un poco, es cuando nos damos cuenta de lo que hemos pasado.
¿Tienen la percepción de haber ganado prestigio?
Como mínimo hemos ganado visibilidad de cara a la población. No podemos decir lo mismo de los políticos, de quienes no tenemos el reconocimiento que nos merecemos. Somos graduadas universitarias y no se nos reconoce como tal. Prueba de ello es que solo el 3% de enfermeras están ocupando puestos en los que se toman decisiones.
¿Y ya qué estamos, algún reproche más a la administración?
Pedimos poder jubilarnos a los 60 años, igual que la policía, recuperar el 5% del sueldo que perdimos hace 10 años y aumentar las ratios. En Catalunya faltan 23.000 enfermeras. Hay muchos estudios que evidencian que cuando se apuesta por la enfermería, se reduce la mortalidad. Los políticos deberían tenerlo claro.
¿Después de la pandemia, las condiciones laborales del sector son mejores?
No, estamos igual que antes.
¿Es verdad que durante la pandemia, podían ganar hasta 400 euros por noche?
Sí, claro. Se han doblado turnos y se han hecho más horas que un reloj. Europa dio ayudas para combatir la Covid. Pero esto se acaba y las enfermeras ya no quieren dinero, quieren descansar y vivir con normalidad.
¿Y ahora, cuál es la situación en los hospitales?
Estamos recuperando la actividad asistencial y presencial. Las listas de espera empiezan a moverse y los quirófanos se reinician. A nivel de enfermería seguimos estando mal, prueba de ello es que cada vez hay más compañeras que consultan expertos por problemas psicológicos.
El colectivo se quejaba hace unas semanas de no poder hacer vacaciones. ¿Se ha solucionado ya?
Justo ahora han empezado a hacerse. Es necesario descansar. Pensar que hay profesionales que tuvieron que anular en el último momento sus viajes y vacaciones para venir a trabajar.
¿Por falta de enfermeras?
Sí. La verdad es que salen pocas enfermeras de la universidad por la demanda que tenemos en la actualidad. Dicen que el año que viene se ampliará la oferta con 600 nuevas plazas por curso. Todavía así faltarán 23.000 profesionales para llegar a las ratios europeas
¿Algunas de ellas se van al extranjero a trabajar?
Sí. Las condiciones laborales y económicas son mejores fuera de España que aquí. Cotizan más y se vive mejor. Con este panorama, deciden irse a otro país.