Primero fue Mango; después, Pull&Bear, y recientemente, Zara y Perfumerías San Remo. Las grandes firmas comerciales están desalojando el centro de Tarragona, y esta lista seguirá creciendo en los próximos meses. La tienda de ropa infantil Ikks también ha decidido cerrar su establecimiento, en la Plaça Verdaguer, a finales del mes de marzo. En el escaparate cuelga el cartel anunciando descuentos de hasta el 60% por liquidación.
La firma francesa echará el cierre cuando el próximo día 1 de abril se cumplirían veinte años de su apertura en la ciudad. Ikks se encuentra en los bajos de un edificio que recientemente ha adquirido un nuevo propietario. Con la operación se ha actualizado el precio de un alquiler vitalicio, haciendo que la compañía haya reconsiderado su apuesta por Tarragona.
En esta céntrica plaza todavía sigue vacío el local esquinero con la calle August, que ocupaba la tienda de cosméticos Rituals. En abril de 2017 ésta cerró para irse a Parc Central. Desde entonces, ningún nuevo negocio ha apostado por este emplazamiento, a pesar de su ubicación privilegiada.
La firma francesa echará el cierre cuando el próximo día 1 de abril se cumplirían veinte años de su apertura en la ciudadA escasos metros, en la calle Comte de Rius, aún pueden verse los carteles con descuentos de hasta el 50% por liquidación en el escaparate del antiguo Shoes Piel. Con las semanas, las cartelería está empezando a adueñarse de los cristales. No es el único cartel de liquidación en esta misma calle. Natura también está vaciando stock, aunque en este caso se trata de una pausa para acondicionar el local.
Problemas para aparcar
Adidas también está en fase de liquidación y en este mismo entorno también hay otros negocios que se ven amenazados. «Rumores hay muchos. A mí todos los días me llegan», decía Carmen, la dependienta de uno de estos negocios que se verán afectados. Aunque, de momento, tan solo es ruido. Los responsables de las tiendas de estas firmas comerciales sobre los que se habla de un posible cierre niegan que tengan la intención de dejar la Rambla Nova, aunque aseguran que están siendo unos meses «flojos» y que les cuesta «competir» con las tiendas de sus propias marcas en Reus. «Aquí el aparcamiento está imposible. Pero bueno, si cerramos ya pondrán un bar», decía esta misma dependienta.
«Rumores hay muchos. A mí todos los días me llegan»Si hace unos años los comercios tradicionales fueron los primeros que bajaron la persiana, ahora las grandes marcas también están pasando por esta misma situación. Y este fenómeno se produce en todas aquellas ciudades que podrían clasificarse como de tamaño medio, como es el caso de Tarragona. Así lo describe el profesor de la Escola Superior de Comerç i Distribució (ESCODI), Josep Maria Marcos, quien asegura que «las marcas se han dado cuenta de que es tan importante saber abrir como cerrar».
Menos puntos de venta
Cuando la oferta comercial es superior a la demanda de los consumidores estas superficies se han visto obligadas a reducir sus puntos de venta. Es lo que ha hecho Zara en Tarragona y en otras ciudades españolas, en las que también ha abandonado el centro para irse a una superficie comercial, como pasó recientemente en Reus. «La tendencia de estas compañías es tener menos establecimientos pero más potentes, lo que ha hecho que prescindieran de aquellas tiendas con un nivel de facturación por metro cuadrado inferior», describe el experto en Gestión Inmobiliaria en el Comercio y Modelos y Estrategias de Crecimiento.
«La tendencia de estas compañías es tener menos establecimientos pero más potentes, lo que ha hecho que prescindieran de aquellas tiendas con un nivel de facturación por metro cuadrado inferior»Estos movimientos en el centro de la ciudad se han producido en un contexto en el que Parc Central acaba de celebrar su veinte aniversario en Tarragona y ha acabado un intenso proceso de renovación. Esto, junto con el aterrizaje de un gigante como Primark, ha relanzado esta superficie en la que prácticamente no queda espacio para la apertura de nuevos establecimientos.
La oferta de restauración, los cines y el aparcamiento son otros de los factores que suman. Y estas firmas también quieren aprovecharse de esto. «Las grandes marcas apuestan por los centros comerciales porque les garantizan un tráfico de personas y porque buscan complementar la experiencia de la compra con el ocio. Debemos tener en cuenta que muchas de estas compañías ofrecen sus productos on-line, por lo que tienen que diferenciarse en el off-line, y esto pasa por tiendas más grandes, que vayan más allá del concepto de un punto de venta», argumenta este profesor. Y difícilmente lo encuentran en el centro de las ciudades.
"Las grandes marcas apuestan por los centros comerciales porque les garantizan un tráfico de personas"Marcos hace una distinción con los ejes prime que puedan tener las grandes capitales como Barcelona y Madrid, y que compiten a nivel internacional. «Girona aún se va salvando por el turismo, pero cuando hay un gran centro comercial es muy difícil. En Mataró está pasando lo mismo que en Tarragona», reconoce. Con cerca de 125.000 habitantes, la capital del Maresme ha visto como Zara también dejaba el centro para irse a unos almacenes, mientras las calles más céntricas empezaban a despoblarse.
Precios por las nubes
El cambio de ubicación de esta tienda del grupo Inditex en Mataró ha producido un segundo fenómeno: han bajado los alquileres de los locales. Cuando estas firmas se establecieron generaron rechazo entre los comerciantes que veían su fin. Ahora, su presencia es sinónimo de tráfico de gente. «Una tienda tipo Zara genera un área de influencia más grande para el conjunto del comercio. Al final, si estas cadenas se van, el centro es menos atractivo y, como pasa con el precio de los pisos, los precios bajan», argumenta este experto en comercio.
Por el contrario, hay centros de distribución que están apostando de nuevo por los centros. Carrefour y Decathlon están abriendo puntos de venta en zonas de viandantes. «Tras expandirse en las ciudades grandes y medias, ahora ven que es el siguiente paso para seguir creciendo es la venta de proximidad. Y además complementa la venta online con servicios como el click and collect», añade el titular de la Escola Superior de Comerç i Distribució.
¿Y qué pasará con los núcleos de las ciudades? La recuperación del Mercat Central hace un año se esperaba como el gran revulsivo. Pero algunos ejes muestran un comercio deprimido. Marcos apunta que el gran reto es que «pasen cosas en los centros, que hagan que la gente circule y que las cosas sean fáciles de cara a los clientes».