Usted está en un cajero automático realizando cualquier operación y se le acerca una persona. Sin saber que previamente han modificado el cajero –normalmente para cambiar el idioma–, la persona le comenta que el dispositivo del banco está dando fallos y se ofrece a ayudarle a introducir la tarjeta de crédito.
Usted accede y, en apenas segundos y como si de un truco de magia se tratara, le da el cambiazo a la tarjeta y la sustituye por otra idéntica. La introduce y, como es robada y ya ha sido cancelada, la máquina no la devuelve.
La persona que había prometido ayudarle le dice que si teclea el PIN se arreglará el cajero. Usted lo teclea delante de él. Ya tiene su tarjeta y su código. Se marcha y, cuando usted pide ayuda dentro del banco, esa persona junto con un colaborador va a la máquina, extrae la máxima cantidad de dinero posible y huye como si nada sucediera.
La Policía Nacional detuvo el año pasado a dos grupos especializados en esta técnica, conocida como scalping. Actuaban por todo el territorio español (Vitoria, Lérida, Santander, Madrid, Granada, Alicante, Segovia, Murcia, Toledo, Pamplona, Bilbao, Burgos, Logroño, Sevilla, La Coruña, Barcelona, Gerona y Tarragona).
En la provincia, cometieron los robos en Coma-ruga, Salou, Cambrils y Tarragona capital. Aproximadamente, se llevaban como mínimo 2.000 euros en cada actuación –hubo un caso de 10.000 porque la tarjeta no tenía límite– y, conjuntamente, consiguieron unos 150.000 euros.
La Policía investiga ahora un mercado negro de estas tarjetas robadas, algunas de las cuales se sustrajeron en Tarragona: «Estas personas también cometían hurtos». «Las tarjetas que robaban las vuelven a utilizar para cometer otro delito, por lo que las introducen en un mercado negro criminal», explica el inspector Gonzalo De Miguel, que forma parte del Grupo de Delincuencia Itinerante de la Policía Nacional de Zaragoza, que ha sido el comando que ha liderado las dos operaciones.
Aproximadamente, se llevaban como mínimo 2.000 euros en cada actuación
Un método exportado
Los miembros de los grupos ya tenían antecedentes por varios robos utilizando el método de scalping en Perú, su país natal. El primer grupo desarticulado fue el de un padre y un hijo que utilizaban identidades falsas y actualmente están en prisión preventiva.
El caso se bautizó como ‘Operación Tamariz’ en honor al ilusionista español Juan Tamariz, por la «habilidad» de los delincuentes a la hora de cometer el robo: «Llevan encima varios tipos de tarjetas guardadas y, cuando ven cómo es la tuya, cogen una idéntica para cambiarla», comenta el inspector De Miguel.
«Llevan varios tipos de tarjetas y, cuando ven cómo es la tuya, cogen una idéntica para cambiarla», inspector Gonzalo De Miguel
Al segundo grupo, de cuatro personas y que utilizaba una técnica idéntica, se le arrestó en el marco de la ‘Operación Rasac’, nombre en honor a una montaña peruana. Se les retiró el pasaporte y deben presentarse en comisaría cada diez días en sede judicial. Este grupo entraba en el país por tres meses como turistas, con lo cual eran legales.
«Te cogen la tarjeta en dos segundos, te dicen ‘te ayudo’, pasan por detrás de ti y ahí ya te dan una tarjeta que tú crees que es la tuya, pero es la cambiada», añade. «Así contado, picar puede parecer difícil, pero lo hacían sin despeinarse y casi como por arte de magia», indica De Miguel, que también puntualiza que fueron dos grupos muy activos en Catalunya.
Uno de los casos se bautizó como ‘Operación Tamariz’ en honor al ilusionista español Juan Tamariz
«Se hospedaban en Barcelona y, cuando bajaban a Tarragona, estaban dos o tres días, cada uno de ellos delinquiendo en una ciudad», indica el inspector. Se movían por España continuamente.
