Por cada coche nuevo que se ha vendido en la provincia de Tarragona en lo que llevamos de año, se han vendido 3,5 de segunda mano. Una cifra que sigue por encima de la ratio de 2020, aunque el año pasado llegó hasta los 3,7 vehículos de ocasión comprados por cada uno de nuevo. La principal culpable de esto ha sido la crisis de microchips, que empezó en 2021. Fue durante el pasado ejercicio cuando tuvo los efectos más negativos y las matriculaciones nuevas cayeron en picado. No obstante, y como muestran los números, la escasez de los semiconductores persiste y, con ella, las pocas ventas de coches recién fabricados. De hecho, en septiembre se matricularon en la demarcación 897 vehículos, con un incremento del 9,66% respecto al septiembre de 2021, aunque lejos de las cifras de 2019. En septiembre de ese año se vendieron en Cataluña 11.681 turismos nuevos, respecto a los 8.686 de este pasado mes, 3.000 menos.
A raíz de todo esto, el año pasado se disparó la demanda de los vehículos de segunda mano, un interés que todavía sigue y que ha comportado un incremento de su precio de entre un 10 y un 20%. Y lo que es peor, que posiblemente aumenta o por lo menos mantiene –habrá que ver las cifras oficiales al cerrar el año– una edad media muy envejecida del parque automovilístico español, que en 2021 llegó a los 13,5 años. La antigüedad de los vehículos era en 2018 de 13,1, y la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) vaticinaba entonces que se reduciría hasta los 13 años en 2022. Nada más lejos de la realidad, y la edad actual supera en un 17,4% la antigüedad media de los coches europeos, que en 2021 rondaba los 11,5 años.
Unos números que no benefician ni a la seguridad vial ni al medio ambiente. Así lo lamenta Emili Beltrán, secretario general de la Associació Empresarial de Tallers de Reparació i Venedors d’Automoció de la Província de Tarragona (Astave). «Aunque todavía no haya datos de este 2022, las cifras de matriculación de este año son muy parecidas a las de 2021, con lo que por lo menos se mantendrá la edad media de 13,5 años, a años luz de los países europeos», lamenta Beltrán, que añade que «de la cifra de 3,5 coches usados vendidos por cada uno de nuevo, un 54% de los vehículos de segunda mano tienen más de 10 años, por lo que es prácticamente imposible que el parque de automóviles se rejuvenezca este año».
Sobre las consecuencias de tener en circulación vehículos tan viejos, el secretario general de Astave sostiene que, «las administraciones se llenan la boca de que hay que cuidar el medio ambiente y deben tener en cuenta que los coches nuevos tienen unos niveles de emisiones ridículos en comparación con los de cinco o 10 años». En este sentido, lamenta que se focalicen solo en las ayudas para adquirir vehículos eléctricos: «Se está subvencionando la compra de coches eléctricos y por otro lado no dan facilidades para la adquisición de vehículos de combustible con un potencial contaminador muy bajo y que servirían para substituir a los que tienen un potencial contaminador muy alto». Paralelamente, Beltrán comenta también cómo la edad de los vehículos afecta a la seguridad vial. «Los niveles de seguridad de un coche nuevo no tienen nada que ver con las condiciones de seguridad que adoptó el fabricante en 2012, por ejemplo», defiende.
La fuerte demanda por los coches de segunda mano a causa de las dificultades por adquirir uno nuevo también ha comportado una reducción drástica de la oferta, con un aumento de los precios y la proliferación, según Beltrán, de empresas que ofrecen comprar vehículos a particulares para después venderlos, las típicas de «Compramos su coche». «Antes no había tantas, pero cuando hay escasez de producto surgen este tipo de empresas», señala el representante de Astave. Con todo, destaca que los vehículos de ocasión se venden tanto en concesionarios oficiales –suelen ser de hasta cuatro años y con garantía–, en concesionarios de compraventa –con edades de entre cuatro y 10 años de antigüedad y también con garantía– y entre particulares –los cuales suelen tener más de 10 años y sin ningún tipo de garantía–. De hecho, Beltrán destaca también que el aumento de la edad media del parque de automóviles supone más trabajo para los talleres: «Los talleres están en estos momentos con volúmenes de trabajo significativos, porque claro, como más viejo es un coche más reparaciones necesita. El año pasado hubo un aumento de facturación de los talleres de alrededor del 15% respecto al 2020, y veremos cual es la cifra al cerrar este ejercicio».
Antonio Teodoro Ruíz es el responsable de ATR Vila-seca, un concesionario de vehículos de ocasión y que también tiene taller. Por un lado, confirma el aumento de la demanda de los coches de segunda mano y de su precio, y también de la poca oferta: «Todo el mundo quiere comprar coches ya usados, y la diferencia de precios es importante, pues si antes costaban 1.000 o 1.500 euros, ahora están en los 2.000 o 3.000 euros para arriba», y añade que «a los que compramos les subimos un poco más el precio para tener stock pero los vendemos igual». Ruíz dispone de vehículos de entre el 2005 y el 2011. Paralelamente, en cuanto al aumento de reparaciones, asegura también que lo han notado: «La gente aguanta más con su coche antiguo o lo adquiere de segunda mano y viejo, con lo que pasan más a menudo por el taller porque hay que reparar algo».
Un año para un coche nuevo
Quién también dispone de vehículos de ocasión es el Grup Pons, con cinco concesionarios y 17 marcas por toda la provincia. Su CEO, Joaquim Pons, señala que en su caso la demanda de coches de segunda mano ha crecido un 30%. No obstante, el empresario lamenta que el mercado de matriculaciones de coches nuevos sigue sin reavivar. «Este septiembre las matriculaciones han crecido un 12% en España respecto al septiembre de 2021, pero el acumulado, de enero a septiembre, ha caído un 10,6% respecto al mismo periodo del año pasado», comenta Pons, que no obstante defiende que «las marcas que lo han hecho bien, que son las japonesas, no sufren tanto este problema». Con eso se refiere a los fabricantes que se han aprovisionado de materias primeras y han llevado a cabo procesos de fabricación y distribución muy claros y con un plan estratégico muy definido para suministrar los vehículos, entre los que Pons destaca Toyota. «En su caso los plazos de entrega están entre los tres y seis meses, pero en las marcas europeas siguen estando entre los cinco meses y el año», lamenta el CEO del Grup Pons, que dice que tienen 1.000 coches por entregar y que la regularización de las matriculaciones será progresiva, a medida que vayan llegando los vehículos nuevos: «Tenemos una cartera con muchos pedidos acumulados, y hasta que no lleguen no se normalizará la situación».