La URV ha tenido que hacer lo imposible para cuadrar el presupuesto del próximo 2020 que asciende a 109,21 millones de euros, un 1,3% menos que el pasado ejercicio. A pesar de no haber registrado un descenso del número de alumnos matriculados en grados, que sigue aumentando lentamente durante los últimos años, los ingresos por las matriculaciones no compensan el incremento de las becas y el desfase de precios universitarios entre Estado y Generalitat.
Las cuentas también se han visto condicionadas, aseguran los directivos, por la insuficiente dotación del Gobierno para cubrir el capítulo de personal. Todo esto ha forzado a estabilizar a la baja el presupuesto, que el Consell de Govern reunido en el Campus Terres de l'Ebre ha aprobado este martes al mediodía.
Contención presupuestaria y recortes en partidas extraordinarias que se habían previsto para este año y no se volverán a incluir en 2020. La gerente de la URV, Eva Borràs, ha reconocido que ha "costado" cuadrar las cuentas en un contexto generalizado de restricciones de recursos a las diferentes universidades. En el caso de la universidad del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, el hecho de que durante este curso 2019-2020 han accedido 3.140 nuevos estudiantes a los 59 grados que se ofrecen, un 0,75% de incremento, no ha supuesto mantener el mismo nivel de ingresos por matriculaciones.
Esto, explicó, se debe al incremento de los alumnos becados y las bonificaciones, lo que supone dejar de recibir ingresos. El desfase entre los diferentes precios universitarios que fijan el Estado y la Generalitat desde el año 2012, obliga al URV a aportar de sus presupuestos 4,6 millones de los 12 que se prevén en becas. Respecto los gastos, Borràs ha precisado que la aportación prevista por la Generalitat, de 71,9 millones de euros, no cubre la totalidad del capítulo de personal, que es de 78,7 millones en 2020.
