Vuelta a la Catedral. El mayor templo de la ciudad estrenó esta pasada semana una nueva ruta arqueológica que ayudará a los visitantes a hacerse una mejor idea de cómo fueron los orígenes de su construcción. Los Amics de la Catedral se convirtieron este sábado en los privilegiados en inaugurar el nuevo recorrido con uno de los mejores guías que puede explicar la Catedral: el arqueólogo Andreu Muñoz. Con esta nueva ruta, el templo ofrece ahora una mejor versión de sí mismo, ya que enseña los muros de lo que había sido el perímetro del Recinte de Culte Imperial.
Más de 60 personas participaron en la visita guiada organizada por los Amics de la Catedral el sábado por la mañana: parece que les gusta esto de sentirse turistas en su propia ciudad, y que siempre hay rincones de la Catedral por descubrir: es verdad. «No se puede entender la Catedral de hoy en día sin conocer su pasado primigenio», anunciaba Andreu Muñoz al inicio de la visita. El arqueólogo es director del Museu Bíblic Tarraconense y del Museu Diocesà, con lo que conoce a la perfección cada palmo del templo catedralicio.
La visita empezaba en la primera de las nuevas salas inauguradas, la que había ocupado la tienda de recuerdos y que ahora muestra los antecedentes y los orígenes de la iglesia de Tarragona. Los objetos están ordenados, después de la intervención, siguiendo un relato diacrónico para entender la evolución del culto en la ciudad. «El nuevo Museu tiene que poner en relación las piezas con la historia y la historia con la arquitectura», apuntaba Muñoz. Y esto han hecho. Lo que ven ahora los visitantes del Museu Diocesà es la perfecta unión entre las piezas expuestas, la historia del templo y su inabarcable arquitectura. «Estamos ante un patrimonio brutal», decía el arqueólogo. Pocas personas se creen esta máxima tanto como él.
Siguiendo la visita, el grupo se trasladó al antiguo refectorio, anexo al claustro, y a partir de aquí, el paso secreto. Andreu Muñoz guió a los Amics de la Catedral a través del renovado recorrido que une este sector con la parte nordeste del claustro, un pasadizo que pasa tras dos capillas, ahora ya totalmente restaurado y adaptado al visitante. Era una galería casi desconocida.
Al final, vuelta al claustro y entrada a la capilla del Corpus Christi, ahora totalmente contextualizada con obras de incalculable valor de la pintura gótica. La nueva distribución y conservación ofrece un recorrido con mucha más lógica evolutiva que termina en la última sala: se ha añadido una parte audiovisual, nuevas piezas a la colección y una presentación totalmente renovada. En resumen, otra joya de la ciudad para valorar más el patrimonio tarraconense, un hecho que a Muñoz le servía para reivindicar las partes olvidadas de la administración y reclamar más conciencia: «La unión entre esto y el resto del patrimonio nos hace imparables».
Una ruta nueva que todos los tarraconenses podrán visitar a partir del 3 de febrero, con una sesión de puertas abiertas muy recomendada, aunque sin un guía como este.