Poco a poco la nueva Plaça Imperial Tarraco va cogiendo forma. Después de que el pasado 8 de octubre cerrara definitivamente el emblemático quiosco, que estaba en el centro neurálgico de la ciudad desde 1967, esta semana los operarios municipales ya han dado un paso más y han desmontado la caseta, de forma que desde este viernes ya no forma parte del paisaje del frontal del antiguo edificio de Lletres de la Universitat Rovira i Virgili (URV), ahora transformado del Ayuntamiento desde hace una década.
Los trabajos de desmontaje del quiosco se iniciaron este pasado miércoles, y antes del fin de semana la garita ya había desaparecido para dejar paso al nuevo proyecto de carril bici que discurre por la plaza. De hecho, ya hace días que el nuevo carril bici es visible en las inmediaciones de la Plaça Imperial. Actualmente, las actuaciones de pintura, que se iniciaron el pasado 7 de junio en Sescelades, ya se encuentran al inicio de la Avinguda Marquès de Montoliu –en el tramo más cercano a la Imperial Tarraco– mientras que también se extiende ya por la casi totalidad de la plaza, desde la Rambla Nova hasta el hotel SB Ciutat de Tarragona.
El proyecto global comporta el enlace mediante carril bici del Campus Sescelades de la URV con la Plaça Imperial, pasando por Països Catalans, cruzando la A-7 y pasando por la Avinguda Catalunya, Marquès de Montoliu y Plaça Imperial Tarraco hasta conectar con el carril bici de Pere Martell y el futuro de la Avinguda Roma.
El presupuesto de las intervenciones para transformar la movilidad urbana de la ciudad supone una inversión total de 447.000 euros, el 60% de los cuales viene de la ayuda europea. El requisito, esto sí, es que las obras estén finalizadas el próximo 1 de diciembre, un calendario que la previsión municipal espera cumplir con holgura, ya que la previsión anunciada es que los trabajos finalicen el 5 de noviembre, 26 días antes de la fecha límite para no perder la subvención.