Sigue la polémica en la Reial i Venerable Congregació de la Puríssima Sang de Tarragona. Pocas semanas después del cese de la antigua junta por la petición de la posible entrada de mujeres, ayer los Arrengleradors de la entidad anunciaron que la nueva dirección ha decidido prescindir de las 30 personas que se ocupaban de los trabajos para tutelar la organización de los viacrucis y de la recogida de passos de la Processó del Sant Enterrament del Divendres Sant. Este extremo fue confirmado ayer por la tarde por parte del sotsprefecte de la entidad, Josep Ignasi Boada.
Mediante un comunicado de prensa, los ya exintegrantes del equipo de Arrengleradors expusieron ayer que, en la próxima junta general de la congregación, presentarán una «protesta pública» por las «formas» en las que la nueva junta ha comunicado la decisión a los interesados. En este sentido, en el texto los exorganizadores recuerdan que «como colectivo, siempre nos hemos mantenido al margen de la polémica por la integración de las mujeres, así como por le cese unilateral de la antigua junta por parte del Arqubisbat».
En su relato, los exArrengladors indican que «nos constaba que la nueva junta se había puesto en contacto con diferentes secciones para transmitir tranquilidad y que los cambios producidos no afectarían al funcionamiento normal». Pese a ello, «y tras observar que no decían nada al equipo de Arrengleradors, decidimos ponernos en contacto con la junta para conocer de primera mano sus intenciones», relatan en el escrito, a la vez que añaden: «Fue en este encuentro cuando se nos comunicó la decisión de prescindir de todo el equipo de organización, a excepción de Josep Ciurana», un hecho que critican porque «no se nos dio ningún motivo ni ningún argumento para apoyar esta decisión».
Los exintegrantes reconocen que «la nueva junta es libre de tomar los acuerdos que crean más convenientes», pero recuerdan que muchos de ellos «tienen una gran experiencia acumulada desde hace entre diez y trenta años» en la organización de eventos de la congregación. Asimismo, también quisieron dejar constancia de que «la decisión de prescindir de estas personas implica dejar de lado muchísimos aspectos que no se encuentran reflejados en los protocolos».
