La opción de construir la futura estación intermodal en el municipio de Vila-seca se va afianzando. El hecho que esta alternativa resuelva la conectividad del aeropuerto con el Corredor del Mediterrani, además de con la vía convencional entre Tarragona y Reus, abre nuevas posibilidades para un territorio que exige soluciones para un transporte público que ahora presenta una cuota por debajo de la media catalana.
El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, defiende que la alternativa que está estudiando el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana puede contribuir a organizar el «desbarajuste» territorial en materia de infraestructuras. «De partida creo que la opción de Vila-seca ayudará a ordenar la situación actual», indica el máximo responsable municipal.
El Ayuntamiento de Tarragona ha solicitado una reunión con los alcaldes y la Generalitat, para conocer los detalles y compartir información alrededor de la propuesta. Y es que Tarragona ve como una oportunidad que el conjunto de las partes implicadas empiecen a trabajar de forma conjunta para que la futura estación esté «bien conectada» con el futuro tren-tram del Camp de Tarragona, garantizando la intermodalidad con los principales núcleos de población.
«Se abre un tema muy interesante que como Ayuntamiento ya pusimos de manifiesto en las alegaciones del tren-tram, en las que decíamos que no tiene ningún sentido que el tranvía pase por donde están las fábricas en lugar de ir por donde está la gente», indica Ricomà. La propuesta que planteó la corporación municipal es la construcción de una nueva plataforma, paralela a la N-340, que enlace la futura estación con la plaza de la Imperial Tarraco, conectando los barrios de Ponent. Defienden que esta opción generaría más «masa crítica» respecto a la alternativa que plantea la Generalitat, que en los estudios informativos dibujaba un trazado desde Cambrils a Vila-seca en la primera fase, que se complementaría con la conexión Tarragona-Reus, a través de la vía convencional. El Ayuntamiento de Tarragona considera que este planteamiento es «inviable». «El propio tráfico de esta vía, por la que también pasan las mercancías y el servicio de Cercanías hace imposible que podamos tener unos horarios y unas frecuencias propias de un tranvía», razona el alcalde.
Ricomà defiende que, si la estación intermodal finalmente se construye en Vila-seca, «la reivindicación tiene más sentido, porque tendríamos un tranvía que te llevaría a la estación del AVE». Esto daría más juego de cara a los usuarios, que más allá del vehículo privado tendrían esta alternativa para ir a buscar el tren. Además, el tranvía también conectaría con la estación de autobuses de Tarragona, en la que paran tanto los servicios urbanos como los interurbanos. Asimismo, el alcalde plantea que, cuando se hagan todos los nuevos trazados de carril bici que ya están proyectados, y que permitirán ir desde Altafulla a Bonavista en bicicleta o patinete «si lo alargáramos un par o tres de kilómetros más, podríamos conectar con esta estación, lo que abre muchas alternativas».
El consistorio espera que la Generalitat resuelva las alegaciones sobre el proyecto del tranvía para que pueda activarse «cuanto antes» este proyecto. En este sentido, se espera que los fondos Next Generation contribuyan a emprender definitivamente esta inversión, que empezó a planificarse hace más de una década para el Camp de Tarragona.
Las asignaturas pendientes en materia de infraestructuras son importantes y en los últimos tiempos se han intensificado las reivindicaciones para acabar con el agravio que representa la actual configuración ferroviaria para los usuarios tarraconenses. Junto con las mercancías por el interior, el Ayuntamiento de Tarragona cree que si se encarrila la construcción de la intermodal y se garantiza una buena conectividad con el tranvía «estamos deshaciendo nudos». Con todo, el alcalde se muestra convencido de que «los próximos diez años deben servir para arreglar esta situación y generar nuevas oportunidades de cara a la descarbonización de la movilidad».