«Necesitamos la ordenanza de terrazas ya. Están jugando con nuestro dinero y con la imagen de la ciudad». Así de contundente se muestra la restauradora y presidenta de la Associació Cultural de Restauradors de Tarragona, Maribel Rubio, quien exige al Ayuntamiento un último sprint para tener lista lo antes posible la ordenanza que regule las terrazas de la ciudad. Aseguran que los empresarios viven con la incertidumbre constante. «Por ejemplo, en mi caso, se me han roto dos sombrillas de la terraza y no sé si reponerlas o esperar a que la ordenanza esté lista. Me da miedo hacer la inversión y que después no pueda ponerlas porque no son de color consensuado. Y así con todo», dice una restauradora de la calle Reding.
La encargada de capitanear el proyecto es la concejala de Comerç del Ayuntamiento de Tarragona, Montse Adan, quien asegura que «antes del verano, el documento estará encarrilado. Luego será el momento de buscar el consenso a nivel político. Trabajamos para que en verano esté lista». En un primer momento, la voluntad del gobierno era que la ordenanza pudiera aplicarse a lo largo del primer semestre de este año, pero la realidad es que el calendario se ha retrasado más de lo previsto.
«El objetivo de esta ordenanza es dejar las normas claras para mejorar la convivencia entre los bares y los vecinos», asegura Adan, quien añade que, «tras la pandemia, los empresarios de la restauración han sufrido mucha desinformación». Cabe recordar que el anterior gobierno, liderado por Pau Ricomà, decidió prescindir de ordenanza y apostó por los decretos. Esta medida enfadó mucho al sector, quien pedía unas normas generales para todo el mundo.
La tramitación del documento está, actualmente, al inicio del recorrido. La ordenanza se está elaborando con el consenso del sector de la restauración de Tarragona. Tanto es así que justo este lunes, la Associació d’Empresaris de l’Hosteleria de la Ciutat de Tarragona se reunió con la concejala Montse Adan para poner en común algunos puntos previstos en el documento. Una vez la ordenanza esté redactada, será el momento de convocar una comisión de terrazas para darla a conocer. Después se abrirá un plazo de enmiendas y alegaciones y, finalmente, el último paso será pasar la propuesta por el pleno. «Para nosotros es muy importante conocer las inquietudes y necesidades de colectivo. Ha llegado el momento de poner orden a este caos», añade Adan.
La reunión del lunes
La concejala se reunió el pasado lunes con una representación de los restauradores de Tarragona. En el encuentro se debatió sobre algunos de los puntos que generan más controversia, como pueden ser las estructuras fijas o los colores que deben prevalecer en las terrazas. «Son temas de visión de ciudad, pero que no afectan a la supervivencia del sector», dice Javier Escribano, presidente de la Associació d’Empresaris de l’Hosteleria de la Ciutat de Tarragona, quien lleva semanas reuniéndose con restauradores de diferentes zonas de la ciudad para conocer sus necesidades y trasladarlas al gobierno.
Una de las peticiones de la asociación tiene que ver con un mayor control de las terrazas. «Por mucha regulación que haya, si no hay medios para vigilar y controlar el cumplimiento de la norma, no conseguiremos nada», dice Escribano. Otra de las preocupaciones es el impago de las terrazas. «Pedimos que quien no pague se le retire la licencia, ya que estamos hablando de competencia desleal», explica el presidente de la entidad, quien añade que «hay empresarios que les sale a cuenta pagar la multa»
Escribano insiste en qué la ordenanza es necesaria para que «todo el mundo juegue con las mismas reglas», y para evitar que se hagan inversiones «que después no sirven para nada».
Muchas terrazas, pocas licencias
Otra de las entidades que ha presentado una batería de propuestas a la concejala y que forma parte de la comisión es la Associació Cultural de Restauradors de Tarragona. Uno de los temas que preocupan es la falta de licencia de terrazas. «La administración debe dar o denegar la licencia en un plazo de tres meses. En la mayoría de casos, no contesta, y los empresarios optan por poner terraza de todos modos, ante el silencio administrativo. Lo más curioso de todo es que el Ayuntamiento pasa los recibos y, cuando detectan que no hay permiso, te obligan a quitarla y listos», explica Maribel Rubio, presidenta de la Associació Cultural de Restauradors de Tarragona, quien añade que «si no tienen licencia, que tampoco cobren. Eso es un uso indebido de la administración pública».
En la lista de peticiones que ha presentado Rubio y su equipo al Ayuntamiento se encuentra la mejora de la comunicación. «Cualquier persona que quiera abrir un establecimiento en Tarragona debe salir del Ayuntamiento sabiendo lo qué puede hacer y lo qué no», dice Rubio, quien asegura que «la administrativa de turno se limita a decirte que consultes la web. Y no es normal». En esta misma línea, la entidad pide que cualquier modificación de la zona, debe ser consensuada y comunicada a los restauradores del entorno.
Según Rubio, otra de las problemáticas tiene que ver con la indefensión del restaurador ante los vecinos. «Nos hemos dado cuenta que siempre que un vecino llama a la policía quejándose por cualquier cosa, el resultado es que nos acaban multando. Tengamos o no tengamos razón», añade.
El horario y la falta de contenedores también son motivo de preocupación. La asociación pide que se unifiquen los horarios en toda la ciudad, para evitar así zonas masificadas, y reivindica más presencia de contenedores para restauradores, sobre todo, en la Part Alta. Finalmente, uno de los temas estrella para el colectivo es la música. «Hemos pedido a la concejala que se regule el tema de la música. No es normal que, pidas lo que pidas, siempre te denieguen el permiso, alegando motivos arbitrarios», acaba Rubio.
Antes de poner en marcha la ordenanza de terrazas, el Ayuntamiento ya está llevando a cabo alguna modificación que mejore la convivencia entre bares y vecinos. Es el caso de algunos establecimientos, que les han obligado a retirar la estructura fija. Como por ejemplo, los bares de la calle Mallorca.
Según fuentes municipales, estas estructuras estaban sin autorización vigente y, por lo tanto, en situación irregular. Además, los vecinos llevaban años pidiendo retirarlas por temas de accesibilidad.
El Ayuntamiento de Tarragona ha decidido no renovar las estructuras por un tema de seguridad, con el objetivo de facilitar el acceso a los edificios de los camiones de bomberos con autoescala, en caso de emergencia.
El gobierno municipal insiste en qué se trata de un caso puntual, que nada tiene que ver con otros –como por ejemplo, la Granier en la Rambla Nova–. «De hecho, se están renovando otras autorizaciones, siempre que se cuente con los requisitos. Esta medida tampoco tiene que ver con la ordenanza de terrazas», dice el Ayuntamiento, quien asegura que está estudiando las terrazas, caso por caso, «con la voluntad de asegurar la convivencia entre las terrazas, la movilidad de los vecinos y las actuaciones de los servicios de emergencias, teniendo en consideración el Codi d’Accessibilitat».