En la vida no se puede correr sin rumbo. Hay que tener un plan de futuro. Esto es lo que ha empezado a construir la librería La Capona con el estreno de la nueva sala infantil, acondicionada con un tobogán y un techo temático lleno de fantasía.
El encargado de La Capona, Oriol Picas, tiene claro que el día de mañana del proyecto se empieza a escribir a partir de esta nueva sala. La intención es aguantar otros 25 años, tras el cuarto de siglo que estuvo abierta la librería en su anterior etapa. El encargado de La Capona es consciente de que, para ello, «hay que generar recuerdos compartidos». Y ese es el objetivo de la nueva sala infantil: motivar a los más pequeños a entrar en el fascinante mundo de la lectura.
Aunque más allá del futuro, lo que es importante es el presente, y por supuesto que los números salgan para hacer viable el proyecto. Los nuevos impulsores de La Capona están muy satisfechos. Han pasado dos meses desde que esta conocida librería tarraconense volvió a abrir las puertas bajo un estilo de trabajo puramente cooperativo. «Continuamente recibimos muestras de apoyo de la gente», asegura Jordi Collado, director de la cooperativa Combinats. «Durante esta campaña navideña, las ventas van bien y estamos muy contentos». El barco de La Capona fue tocado, pero no se hundió. Hay gente dispuesta a tirar del carro, tanto aquellas personas que están tras el mostrador como los clientes.
Además, en estos meses el movimiento en la librería no ha parado. Oriol Picas comenta que se han hecho actividades de todo tipo, en las que se ha contado con la participación y colaboración de otros negocios locales. La Capona va más allá de ser una simple librería. «Nuestra apuesta es el público tarraconense. Jugamos con la proximidad y con la voluntad de crear sinergias con otros comercio», explica el encargado.
Un techo fantástico y de km 0
Para los más pequeños, bajar por el tobogán va a ser una experiencia que va a ir más allá de la diversión inherente en usar este elemento. Una vez lleguen ‘a destino’, se encontrarán con una imagen fantástica en el techo. Un bosque mágico, del revés, lleno de elementos oníricos y del mundo de la literatura. Desde dragones que representan los cuatro grandes elementos del planeta (agua, tierra, fuego y aire), hasta un poblado lleno de hongos y flores.
Su creadora, Vanessa Fernández, admite que ha trabajado bastante tiempo en la elaboración de este mundo. Se trata de un plafón de ocho metros de largo por dos de ancho en el que se han usado materiales de proximidad y reciclados. Fernández apunta que la sala no está terminada. No puede contar cuáles van a ser las novedades, pero sí que en las próximas semanas «se incorporarán dos nuevos elementos».
Justo detrás del tobogán hay un pequeño espacio con cojines para que los niños se sienten, jueguen y lean mientras hacen volar su imaginación.
Por cierto, los responsables de La Capona aseguran que, pese a que la zona se destine a un público infantil, el tobogán rojo aguanta el peso de un adulto.