Un candado en la puerta impide el paso al interior de la cantera de El Mèdol. No hay carteles informativos que expliquen el motivo ni los horarios de visita. Estos si que los encontramos en los paneles de entrada, aunque tan solo se habla del aula audiovisual que había en el área de servicio. Y es había porque, aunque según se informa en este punto, el espacio está abierto de miércoles a sábado de 9 a 14 horas, cuando los visitantes llegan a la puerta se encuentran con un cartel en el que se asegura que desde el 1 de enero de 2022 el centro «permanecerá cerrado».
«La cantera de El Mèdol es un monumento de un gran valor, no tan solo cultural sino también paisajístico», asegura el catedrático de Arqueologia Clàssica de la URV, Joaquín Ruiz de Arbulo. Pese a ello, hace más de un año y medio que el antiguo complejo arqueológico se ha convertido en una especie de tierra de nadie, olvidada tanto por las administraciones como por la propiedad, que no acaban de encarrilar una solución de cara a su futuro.
La cantera es propiedad de Abertis desde 1988. Mientras esta se hizo cargo de la explotación de la AP-7, la empresa asumió su mantenimiento y conservación. La compañía hizo una importante inversión en 2013, de cerca de 1,5 millones de euros, para la limpieza forestal y la instalación de un sistema de miradores alrededor del perímetro. Todo esto se acompañó con la habilitación de un centro de interpretación sobre el yacimiento, en el que los visitantes podían conocer mediante un audiovisual cómo era el yacimiento y el sistema de extracción de los sillares, que se utilizaron para construir la mayor parte del conjunto monumental de Tarraco.
Cuando expiró la concesión de la autopista el 31 de agosto de 2021 Abertis quiso apartarse. Previamente había iniciado conversaciones con la Generalitat de Catalunya para la donación de la finca a la administración catalana. Pese a ello, esta cesión todavía no se ha formalizado.
«Las gestiones avanzan pero condicionadas por los plazos de los trámites administrativos, que siguen su curso», apunta el Departament de Cultura de la Generalitat. Sin dar más explicaciones sobre al respecto, la administración catalana defiende que «la titularidad todavía es de Abertis», por lo que «las condiciones de visita son las establecidas por ellos».
a los que incluso acudió
el president Macià
En cuanto al centro de interpretación este remitió sobre el nuevo propietario del área de servicio, que es el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). Desde la Subdelegación del Gobierno se asegura que «no tienen ninguna intención de explotarlo», de forma que el Gobierno de Madrid se puso en contacto con el departamento que dirige Natàlia Garriga para ofrecerle la cesión. Pese a ello, según se asegura, «no ha habido ninguna respuesta al respecto». Mientras tanto, el espacio sigue montado, con las luces apagadas y con algún viajero esporádico que se interesa, pero tiene que marcharse con las ganas porque está todo cerrado.
Ruiz de Arbulo destaca el carácter «excepcional» del Clot del Mèdol. «Es un pequeño espacio salvaje, con unas condiciones de vegetación endémicas que lo hacen único y una luz increíble durante el atardecer», describe. Hasta el periodo tardo-romano de aquí se extrajeron los sillares que posteriormente se utilizaron para la construcción de las murallas y el Fòrum Provincial.
Se calcula que se esta cavidad se extrajeron más de 73.000 metros cúbicos de piedra. Para hacerse una idea de lo que esto representa uno tiene que situarse delante de los frentes de talla, con una altura vertical de quince a veinte metros de altura. En estos pueden apreciarse las diferentes líneas de trabajo, con las marcas de los picos y los frentes abiertos con la ayuda de tascones, mientras que «en los márgenes de la explotación todavía permanecen algunos bloques que no acabaron de extraerse y que ofrecen una extraña sensación de tiempo parado». Así lo relata una publicación del propio Ruiz de Arbulo y Ricardo Mar, que se centra en las canteras y acueductos y que habla del importante papel que tuvo este espacio a principios del siglo XX.
Conciertos al aire libre
Y es que lo que ahora es un yacimiento cerrado, en 1912 acogió conciertos como el del Orfeó Tarragoní y el cuarteto de la Filharmònica de Barcelona. Mientras que en los años treinta se celebraron los Concerts Natura, con un gran éxito de público y la presencia en uno de estos del president de la Generalitat de Catalunya, Francesc Macià.
Para el catedrático Ruiz de Arbulo «es un error pensar que pueda quedarse así». Según asegura, el espacio necesita «un mantenimiento de caminos mínimo», además de una gestión forestal. La proximidad con la autopista ha hecho que en más de una ocasión las llamas llegaran cerca, por lo que, cuando se hizo la última intervención se aprovechó para hacer una exhaustiva limpieza forestal, que generó muchas críticas.
«Si no está siempre abierto, al menos podría establecerse un sistema a demanda, para las visitas en grupo», lamenta Ruiz de Arbulo. Este asegura que tanto los profesionales de la Rovira i Virgili como del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) «como especialistas estaríamos encantados de poder ayudar en lo que sea, pero tienen que llamarnos».