El Servicio Provincial de Costas y el Ayuntamiento de Tarragona se reunieron el miércoles por la mañana para evaluar el impacto que han sufrido las playas de la ciudad durante los últimos temporales. Por ahora, el ministerio quiere esperar a la segunda quincena de mayo a decidir si es necesaria o no una aportación de arena de otros puntos del litoral, pues hasta entonces se prevén nuevas tempestades. Entonces se verá si las playas se recuperan de forma natural o es necesaria una intervención. A pesar de todo, Costas no descarta la posibilidad de que se actúe en breves en la parte más afectada de la Platja Llarga, en el extremo norte, pues no consideran que se pueda regenerar por sí misma. La Arrabassada y el Miracle también sufrieron graves daños, ya que en algunos puntos llegaron a desaparecer completamente y la falta de arena dejó al descubierto centenares de piedras y rocas.
Por su parte, la concejal de Medi Ambient de Tarragona, Eva Miguel, explica que «fruto del diálogo con Costas se ha decidido llevar a cabo un estudio de la dinámica del litoral, antes de emprender cualquier acción estructural». En este sentido, Miguel pone de manifiesto que «estos estudios nos deben permitir conocer el comportamiento de nuestro litoral, y por tanto, enfrentarnos mejor al futuro». La concejal de la CUP defiende que desde Medi Ambient «creemos que una aportación de arena no es una solución estructural» y lamenta que «la presión antrópica y las estructuras rígidas no hacen más que deteriorar nuestras playas». Por ello reitera la necesidad de llevar a cabo estudios que permitan entender cual es el comportamiento de la costa. «A lo mejor estos estudios nos dicen que aportar arena a una playa en concreto no sirve de nada porque ya es un espacio perdido y eso es perder dinero», señala Miguel, que añade que «se deben constituir estrategias conjuntas porque lo que hagan Torredembarra o Altafulla en sus playas puede afectar a las de Tarragona».
La concejal cupaire, que defiende que se debe trabajar en la línea de liberar espacios para hacer reservorios dunares y de proteger la posidonia, «que es una barrera natural para que el mar no se lleve la arena», pone énfasis en el extraño comportamiento de la Platja Llarga: «La playa desaparece progresivamente independientemente de si hay temporales o no, y por ello debemos entender que pasa para saber qué estrategias se deben tomar». Asimismo, añade que «por lo menos parece que la gente ya empieza a entender que la playa es una barrera natural que si no se protege desaparece, y entonces el mar se lleva por delante lo que viene después».
Por otro lado, Miguel también ha acordado con Costas que si es necesario coger arena de la Platja del Vinyet para aportarla a la playa de Altafulla, también muy afectada por los temporales, se respete el proceso de nidificación del chorlitejo patinegro. Desde el ministerio han decidido ya que será necesaria la aportación de arena en la playa altafullenese, donde han quedado al descubierto grandes rocas tras los episodios de fuertes temporales. «Hemos pedido que si se planifica coger arena del Vinyet se haga cuando los chorlitejos ya hayan nacido, pues la presencia y el ruido de las máquinas podría afectar al proceso de nidificación, que se prevé para el mes de mayo», señalaba finalmente Miguel, que celebraba el entendimiento con Costas.