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Jóvenes y autónomos: «Arriesgamos porque somos jóvenes y es ahora o nunca»

8.292 de los 33.035 autónomos que hay en Tarragona están entre los 18 y 39 años.

20 octubre 2023 20:40 | Actualizado a 21 octubre 2023 07:00
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En el primer trimestre de 2023, Tarragona contaba con un total de 33.035 autónomos. De este grupo, solo 731 (4,56%) eran menores de 25 años, mientras que 7.561 se encontraban en el rango de edad de 25 a 39 años. La mayoría, 15.531 autónomos, tenían edades comprendidas entre 40 y 54 años, y los restantes 9.608 eran mayores de 55 años.

Los números pocas veces engañan y en este caso reflejan que el perfil de joven autónomo no predomina. De hecho, en todos los grupos de edades hay menos autónomos que el año pasado en el primer trimestre. En el 2022 había 33.123 autónomos, por los 33.035 que hay hoy en día. Hay razones evidentes para este bajón. Se sienten desprotegidos por el sistema y por eso son pocos los valientes que deciden lanzarse a una piscina en la que en muchas ocasiones no hay agua.

Los jóvenes son el perfil de autónomo menos poblado y las cifras reflejan que el descenso sigue en marcha. Lorenzo Amor, presidente de ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos), deja claro el porqué de esta situación: «España ha perdido en el último lustro empresarios autónomos jóvenes y, sin embargo, ha ganado en autónomos mayores de 64 años. Algo hacemos mal, todos, cuando entre la juventud la cultura del emprendimiento, del riesgo, del esfuerzo, no está calando».

Por lo tanto, el presidente de la asociación tiene claro por dónde pasa la solución: «Desde luego, un cambio de esta tendencia tiene que venir por un importante plan de fomento del emprendimiento juvenil. Un plan de fomento que primero dignifique la figura del empresario, el espíritu empresarial, y no demonizar la figura del autónomo, del emprendedor o del empresario».

Un ejemplo de jóvenes que sueñan en grande y desafían a la lógica está en casa. Concretamente en dos jóvenes que han decidido arriesgar. Laura e Irene son dos vecinas de La Canonja que a sus 26 años han decidido abrir su propio negocio. Lo han hecho creando Arc Centre, un centro de Psicología Infanto-Juvenil en Vila-seca. Allí han emprendido un viaje que no saben cuánto durará, pero en el que sí que han puesto toda la fe del mundo, como si fuera eterno.

Apenas dos meses después de su apertura, allí nos reciben, con ganas de explicar su historia, con ganas de reivindicarse y sobre todo con la intención de intentar lanzar un mensaje de optimismo en tiempos de pesimismo y crispación. Todo empezó hace cinco o seis años, cuando ambas al acabar la universidad entendieron que podrían producir un proyecto en común que seis años después se ha materializado de manera definitiva.

«Trabajo en un centro educativo y las generaciones que suben cada vez tienen más necesidades por atender y por vía pública no es suficiente porque hay muchas listas de espera y los padres al final recurren a lo privado. Creímos que es un negocio que a la larga puede ir muy bien», explica Irene.

Lógicamente, han dado un paso importante al abrir un centro en Vila-seca. Es el fruto de un trabajo que en el caso de Laura comenzó hace tres años, cuando decidió darse de alta como autónoma: «Hace tres años que soy autónoma porque en el mundo de la psicología si no eres autónoma tienes que hacer oposiciones y tienes que hacer el PIR y eso conlleva un sacrificio muy grande a nivel mental y económico. Entonces decidí tomar el camino de ser autónoma en un centro donde ya tenía algunos pacientes y empecé yo aparte con pacientes propios y al final decidimos Irene y yo emprender un proyecto que se ajustara a nuestras necesidades».

Ser autónomo implica afrontar unos miedos a lo desconocido que a muchos jóvenes les echa para atrás. No fue el caso de ellas, aunque no niegan que existió y que puede ser una de las causas de que haya tan pocos jóvenes autónomos. «No hay que engañar a nadie, el miedo siempre existe. Nosotras tuvimos muchas dudas porque pensábamos que podía salir mal o que quizás no era lo que creíamos que iba a ser, pero arriesgamos porque somos jóvenes y si no lo hacemos ahora no vamos a poder hacerlo nunca», explica Laura.

Todos los inicios son complicados y en el caso de los jóvenes autónomos no hay excepción por mucha ilusión y empeño que pongan por el camino. Así lo deja claro, Irene con su testimonio: «Mucha gente considera que abrir un negocio es subir la persiana y tener a cincuenta clientes entrando por la puerta y es totalmente falso porque cuesta». Laura es de la misma opinión y añade: «No hay que idealizar el hecho de ser autónomo. Es difícil porque la gente no te conoce y empiezas de cero. Ser autónomo requiere mucho esfuerzo a todos los niveles. Es complicado, pero merece la pena».

Adrian es un caso diferente. A sus 29 años ya lleva desde el 2017 siendo autónomo. Él mismo explica una aventura que se inició ya hace seis años y que a día de hoy le permite compaginar más de un trabajo: «Yo empecé en 2017 como autónomo porque estaba contratado por una empresa y esta cerró. Como con la familia quisimos seguir con esta empresa, pero no nos la vendieron, empezamos una empresa nueva llamada Birkle y a partir de ahí me tuve que dar de alta como autónomo societario. Esto me ha permitido que a día de hoy me haya podido dar alta en otras actividades como es en el caso de fotografía y video a la que también me dedico con mi empresa Dischadrianmedia».

El tarraconense ya lleva varios años pagando la tasa máxima de autónomo y es ahí donde encuentra una de las grandes injusticias del sistema: «Desde 2019 llevo pagando 364 euros cada mes, ya que fue el momento en el que se me acabaron las subvenciones del principio. Ahora pago 385 euros, es decir, que me han subido la cuota desde 2019, unos 20 euros más o menos. Hay que tener en cuenta que yo pago la tasa base mínima. Si yo quiero el día de mi jubilación tener una mayor pensión tendría que pagar más. A mí me parece superinjusto tener que pagar una tasa simplemente por querer ser autónomo, ya te cobran simplemente por subir la persiana. Estoy pagando 385 euros al mes y además de lo que generas cada mes te cobran un IRPF. Me parece bien que me cobren bien un IRPF por lo que yo género, pero me parece mal que me cobren una cuota cada mes solo por querer trabajar por mi cuenta».

No obstante, Adrian está orgulloso de su situación y no se arrepiente para nada de la decisión tomada seis años atrás: «Estoy supercontento de ser autónomo, a pesar de mis quejas. Me comparo con muchos de mis amigos que trabajan en el régimen general y al final la diferencia básicamente es que tengo una libertad total, aunque eso no quita que haya que trabajar mucho porque mayormente si no trabajas no cobras. Además, puedo realizar varias actividades profesionales sin tener que centrarme en una sola y así puedo tener fuentes diferentes ingresos».

Para acabar, Adrian lanza una reflexión que quizás explica el porqué el joven ve la aventura de autónomo con tanta incertidumbre en muchas ocasiones: «Si eres joven te intentan regatear cualquier tipo de presupuesto. Tengo la sensación de que no te toman tan en serio. Hay un pensamiento equivocado que es que al autónomo joven le puede valer cualquier precio con tal de trabajar y no tendría que ser así porque todo el mundo tiene unos gastos».

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