Más de 35.000 viviendas en toda la demarcación de Tarragona se encuentran ubicadas en puntos con riesgo de sufrir inundaciones, ya sean fluviales –provocadas por ríos, arroyos o torrentes– o marítimas –causadas por agua procedente del mar–.
Los datos de los mapas de Protecció Civil ejemplifican cómo se encuentra toda Catalunya y cuáles son los puntos que tienen un mayor peligro durante los próximos años. El Diari ha analizado cómo está la situación en la capital, en la costa y en las Terres de l’Ebre.
Tarragona: los barrios marítimos, L’Arrabassada y la línea costera
Los vecinos de la Part Baixa de Tarragona se echan a temblar cada vez que empieza a llover de forma contundente. Los barrios marítimos y la zona del Llevant de la ciudad son los puntos más afectados por los chubascos torrenciales. De hecho, tan solo hay que recordar el temporal de Santa Tecla de hace casi dos años, que dejó unas enormes afectaciones ciudadanas y también de infraestructuras.
Esa fue la gota que colmó el vaso para que más de 500 vecinos de la Part Baixa se organizaran con el objetivo de formar una nueva agrupación. «La Plataforma d’Afectats per les Inundacions als Barris Marítims nace fruto de la desesperación», destacó entonces el presidente de la asociación, Jorge Lustres.
Cabe destacar que el gobierno municipal, a través de la Empresa Municipal d’Aigues de Tarragona (EMATSA), ya estaba trabajando en diferentes acciones para triplicar la capacidad actual de la red de evacuación municipal a través de tres acciones, ya que los técnicos municipales han comprobado que el eje Rambla Nova-Unió-Apodaca es, básicamente, por donde baja el agua proveniente de la Part Alta.
La primera iniciativa supone la segunda inversión más importante de los presupuestos de 2024, y es que se destinarán 1.624.000 euros (IVA incluido) para construir un nuevo colector en Torres Jordi. Ya se ha adjudicado la redacción del proyecto, que debe estar terminada en un período de cinco meses para, posteriormente, licitar las obras.
La previsión de EMATSA es que se inicien los trabajos en 2025. Una vez que se comiencen, se alargarán, más o menos, unos nueve meses.
Por otra parte, el consistorio también está pendiente de la autorización tanto de la Generalitat de Catalunya como del servicio de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica para licitar dos iniciativas más: la ampliación de la galería de la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) de la calle Barcelona y la rehabilitación del túnel de desvío hacia la playa del Miracle, de 800.000 y 750.000 euros (IVA incluido) de presupuesto respectivamente.
Estas obras no impedirían completamente una inundación si se repiten las lluvias de la Santa Tecla de 2022, pero sí que minimizarían los daños materiales. Si se comprobara que estas actuaciones no son suficientes, el consistorio podría activar antes de lo previsto un proyecto para que las aguas pluviales se desviaran hacia Ramón y Cajal y conectaran con la galería del Passeig de la Independència.
Lustres afirma que, después de las lluvias del pasado fin de semana, «se han extraído conclusiones como la necesidad de revisar los protocolos de limpieza de zonas afectadas como el cruce entre la calle Castaños y la calle Smith, ya que las aguas residuales se mezclan con las pluviales».
Además, los vecinos también creen necesario «instalar señales informativas en las calles que puedan ser inundables, ya que muchos coches quedan casi sumergidos, con las consecuencias que esto comporta». No obstante, cabe destacar que Lustres afirma que «el agua se marcha más rápidamente que en otras inundaciones» fruto de las actuaciones ya iniciadas.
La subida del nivel del mar y el río
Las pluviales no son las únicas inundaciones que hacen peligrar algunos puntos de la ciudad. Los mapas de Protecció Civil muestran las zonas de riesgo por lo que respecta a las inundaciones fluviales, que mayoritariamente son las que se dan por culpa de las riadas, y las marítimas, que tienen lugar cuando, por fenómenos meteorológicos, el mar se adentra en el territorio.
Detrás de estos sucesos se encuentran factores como el cambio climático, que provoca que la frecuencia de los fenómenos meteorológicos adversos sea mayor y que estos se manifiesten con una mayor intensidad.
Costa: los paseos marítimos y el barranco de Barenys en Salou
A principios del mes de marzo, la Generalitat de Catalunya situó sobre la mesa un estudio puesto en liza por el Centre Internacional d’Investigació de Recursos Costaners (CIRC) en colaboración con el Laboratori d’Enginyeria Marítima de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Ports de la Generalitat y la Oficina Catalana del Canvi Climàtic.
En dicho documento, se clasifican un total de 31 paseos marítimos que presentan riesgos a largo plazo. En la demarcación de Tarragona, los que aparecen son el de Salou y el de L’Ampolla. Otros, como La Pineda, Coma-ruga, Calafell, Altafulla, Cunit y Cambrils, también se han visto castigados últimamente por el comportamiento de las lluvias. De hecho, el Ministerio tiene previsto iniciar en el municipio calafellense la deconstrucción de una infraestructura que hace años se levantó sobre la playa.
La idea es evitar lo que pasó, por ejemplo, en Altafulla, donde el servicio de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Ayuntamiento tuvieron que llevar a cabo trabajos para reparar y consolidar el paseo marítimo, cuya estructura se vio seriamente afectada por los temporales de finales del año pasado.
El tramo reparado fue el del paseo Botigues de Mar, uno de los puntos negros de la costa tarraconense, así como la zona hotelera de Vilafortuny, donde, el pasado mes de marzo, el agua superó la línea de mar y entró hasta las primeras calles de la línea costera, dejando imágenes de calles impracticables.
Obras en Salou y en Cambrils
El barranco salouense de Barenys y la riera cambrilense de Alforja también son dos puntos intensamente afectados cuando hay episodios de lluvias.
Por eso, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) ha iniciado los trabajos para minimizar los riesgos de inundaciones en Barenys. En enero de 2022, se pusieron en marcha los trabajos de demolición de la línea de edificios que desapareció para permitir la nueva canalización del barranco. Fueron los primeros pasos de una fase que se adjudicó a la constructora Lantania por 5,5 millones de euros.
La segunda fase, que debía empezar este año, está paralizada a la espera de aprobar una modificación del proyecto inicial por parte de Infraestructures de la Generalitat. Las obras se adjudicaron a la empresa Copcisa por 3,8 millones. Sumado al coste de las expropiaciones, la inversión total hecha por la Generalitat en estos trabajos asciende a unos 17 millones de euros.
En Cambrils, el gobierno de Alfredo Clúa (PSC) ha realizado trabajos de limpieza en el tramo final de la desembocadura de la riera de Alforja, ya que se habían acumulado agua y sedimentos por la borrasca Gloria de enero de 2020.
Terres de l’Ebre: la zona de Alcanar y el peligro de la regresión
Las Terres de l’Ebre son uno de los puntos más sensibles en toda la demarcación por lo que a inundaciones se refiere. Destaca negativamente Alcanar, que en el año 2021 vivió, según los vecinos, la peor barrancada que estos habían visto. Se suman también las acaecidas en 2018 y en 2023.
¿Por qué esta es una zona tan susceptible en este sentido? La cuestión es que puntos como Les Cases d’Alcanar o las diferentes urbanizaciones que las rodean están ubicadas justo en medio de la trayectoria de barrancos que tienen en el mar su destino.
Alcanar es una localidad muy próxima a la sierra del Monstià, lo que provoca que dichos barrancos bajen con fuerza. Por otra parte, la línea costera está muy edificada, una combinación terrible en este sentido.
La casuística se torna aún más peligrosa en un contexto de cambio climático, cuando los temporales son más habituales y más peligrosos que antiguamente. Por este motivo, el municipio ha creado una mesa técnica para prevenir los efectos y los daños de las inundaciones.
Se trata de una iniciativa pionera que, con el conocimiento de diferentes expertos, se encargará de desarrollar acciones de tipo preventivo para intentar evitar futuras catástrofes.
Dentro de estas acciones se incluirá la adecuación de las infraestructuras pluviales cercanas a escuelas, además de la renaturalización necesaria en el barranco de Sant Jaume de les Cases.
Por otro lado, el consistorio trabaja también en un nuevo plan de urbanismo, que estará adaptado a las precipitaciones que se dan en la zona de forma recurrente. Un proyecto que ha sido calificado por el alcalde del municipio, Joan Roig (ERC), como «el más importante de este mandato».
Proteger el Delta de l’Ebre
Otra consecuencia insalvable del cambio climático es la regresión del Delta de l’Ebre: espacios naturales como la barra del Trabucador o los Calaixos de Buda ven amenazada su supervivencia. Amenazas que incluyen el aumento del nivel del mar, la falta de aportación de sedimentos del río y el hecho de que el terreno va hundiéndose poco a poco.
En esta línea, el servicio de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica ha llevado a cabo en el territorio un proyecto para aportar 317.000 metros cúbicos de arena a los puntos más débiles. La inversión total ha sido de 4.028.463 de euros.