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Inician los trámites para proteger las defensas de la Guerra Civil del litoral de Tarragona

En las playas de Tarragona quedan siete nidos de ametralladora así como una estructura de unos 1.500 m2 en Tamarit. Ha comenzado el proceso para declararlos Bien Cultural de Interés Local

14 febrero 2023 20:30 | Actualizado a 15 febrero 2023 07:00
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Una docena de excursionistas se debate entre el desconcierto, la curiosidad y la aprensión. Ante ellos, en medio del bosque, está lo que parecen dos grandes piscinas circulares abandonadas y comunicadas por una especie de pasillo subterráneo; todo cubierto al milímetro por grafittis de distinta factura.

La estructura se encuentra en Tamarit, y en realidad lo que el grupo está viendo es una mínima parte de unas construcciones que ocupan unos 1.500 metros cuadrados y que estaban destinadas a albergar los cañones con los que el ejército republicano se preparaba para repeler un ataque por mar a la ciudad. En el lugar también se encuentra el sitio donde estaban los barracones que alojaban a una veintena de milicianos y carabineros destinados en el lugar, o la cocina y el corral de los animales.

El laberíntico complejo está formado por varias estancias ubicadas a distintos niveles dentro de la propia colina y conectada por galerías y escaleras subterráneas a las cuales se puede acceder sin problemas, a excepción de algún tramo se ha derrumbado. Eso sí, hay que tener en cuenta que la mayor parte está rodeado de escombros y basura, además de que no hay electricidad.

Ahora el lugar (del que a simple vista resulta imposible hacerse una idea de cuál era su uso si no se conoce la historia) podrá contar con cierta protección que impida, al menos, que se deteriore más. A propuesta de la Comissió de Programes de Memòria Democràtica del Ayuntamiento de Tarragona se han comenzado los trámites para que sean declarados Bien Cultural de Interés Local, BCIL, junto con otras estructuras de defensa que todavía quedan en la costa.

Visita a través de un ‘mapa vivo’

En la ciudad quedan actualmente, además de las estructuras de Tamarit, siete de los 16 nidos de ametralladora (lugares donde se apostaban los solados con las armas) que se construyeron en la ciudad. Hay dos de ellos en l’Arrabassada, uno en la Savinosa, dos en la Llarga, uno en Tamarit y uno en la desembocadura del Gaià. En muchos casos es difícil advertir su presencia pese a que tienen unos habitáculos de entre 30 y 35 metros cuadrados cada uno.

Los de l’Arrabassada, por ejemplo, están adosados al muro del preventorio de La Savinosa por lo que cuesta distinguirlos desde fuera. Otros, no obstante están completamente a la vista, como el que está a pie de playa, justo debajo del Castillo de Tamarit.

Desde finales del año pasado una relación detallada de dichos espacios puede consultase en el geoportal del Ayuntamiento de Tarragona. Se trata de un ‘mapa vivo’ basado en los contenidos aportados por el Grup de Recerca i Investigació d’Espais de la Guerra Civil (GRIEC), con el historiador Adrià Cabezas al frente, y coordinado por el Centre d’Imatges de Tarragona/L’Arxiu.

Cuenta Jordi Piqué, director de la Comissió de Programes de Memòria Democràtica, que una de las motivaciones para elaborar el mapa llegó con la pandemia, en el momento en que los ciudadanos comenzaron a poder circular dentro del propio municipio y se lanzaron a hacer caminatas por el litoral. Les pareció entonces una oportunidad para divulgar los restos de patrimonio de la Guerra Civil y «y reflexionar sobre los que son los conflictos bélicos y valorar lo que es vivir en democracia y en paz».

Defender desde el mar

Para entender el origen de estas estructuras hay que saber que el 14 de abril de 1937 dos cruceros rebeldes, el Canarias y el Baleares, bombardearon la ciudad de Tarragona, afortunadamente sin víctimas. Fue ante la inminencia de un nuevo ataque que las autoridades militares republicanas vieron la necesidad de levantar edificaciones defensivas teniendo en cuenta, además, que Mallorca estaba en manos franquistas.

Pese a todo, ni las fortificaciones como la de Tamarit, ni los nidos de ametralladora entraron en acción porque no hubo ningún intento de desembarco «el avance franquista finalmente no fue por mar sino desde el Ebre hasta aquí», apunta Piqué.

Una vez terminada la guerra, el ejército franquista mantuvo estas y otras infraestructuas, como los refugios antiaéreos, por si debían utilizarlas posteriormente. No todas llegaron hasta nuestros días y el estado de conservación de unas y otras es dispar.

El primer paso para convertirlas en Bien Cultural de Interés Local consiste en dar aviso a los propietarios de las zonas donde se encuentran. En la mayoría de los casos dependen de administraciones públicas; del Estado los nidos que se encuentran en la playa, y de la Diputació de Tarragona en el caso de los de La Savinosa. De hecho, si se elimina finalmente el muro del preventorio, los nidos de ametralladora quedarían a la vista.

Las baterías de Tamarit se encuentran en propiedad privada pero se trata de terreno no urbanizable.

Francesc García, presidente de la Associació de Veïns de La Móra-Tamarit, celebra que finalmente se den los pasos para comenzar a proteger la zona que actualmente se encuentra abandonada y en la que se han producido varios incendios. Los vecinos, señala, siempre han defendido que la zona se convierta en un parque y que estos restos se puedan mostrar en condiciones a la ciudadanía.

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