Casi cuatro de cada diez personas asalariadas de toda la provincia de Tarragona cobran el salario mínimo interprofesional (SMI) o menos. Lo reflejan los datos publicados recientemente por la Agencia Tributaria y relativos al ejercicio de 2023.
Teniendo en cuenta que el SMI de ese año fue de 15.120 euros anuales, un total de 139.299 tarraconenses –de los 379.339 asalariados registrados– apenas llegaron a cobrar más de 1.100 euros mensuales, ya que o bien sus sueldos siguen anclados o no tienen la posibilidad de trabajar las horas suficientes.
Las personas con bajos ingresos serán las grandes beneficiadas del acuerdo al que ha llegado el Govern de la Generalitat con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para reducir el IRPF a las rentas inferiores a los 33.000 euros.
Una medida que, según la Generalitat, tendrá retorno en el 63% de los contribuyentes catalanes, lo que en Tarragona, al haber cerca de 410.000 declarantes, serían más de 250.000 personas, tal y como indican los datos de declaraciones de la Agencia Tributaria.
«Actúa como un estímulo al consumo y porque el IRPF suele ser un impuesto regresivo en lo que respecta a las rentas del trabajo», Antoni Cunyat, profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
Cabe recordar que la rebaja del IRPF será sobre la base liquidable. Es decir, que incluye todos los ingresos sujetos a tributación, no solo los provenientes del trabajo.
Elementos positivos y riesgos
El economista Antoni Cunyat, profesor colaborador de los estudios de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), comenta que el recorte, que se aplicará con carácter retroactivo desde enero de 2025, «beneficia a las rentas del trabajo y, en particular, a las rentas bajas y medias, gracias a la reducción de un punto en el IRPF, pasando del 10,5% al 9,5%; esto supone un beneficio para más de la mitad de los contribuyentes catalanes, lo cual es algo positivo».
Otro de los aspectos a favor, según Cunyat, es que «actúa como un estímulo al consumo, ya que el IRPF suele ser un impuesto regresivo en lo que respecta a las rentas del trabajo, que siempre son las más penalizadas; por lo tanto, esta medida mejora la progresividad del sistema tributario al aliviar la carga fiscal sobre las rentas más bajas».
Sin embargo, puede presentar un problema potencial en términos de equilibrio presupuestario. La Generalitat ya cuenta con un déficit y una deuda significativos, por lo que sería fundamental asegurar que la pérdida de recaudación derivada de esta reducción del IRPF se compense con incrementos en otros impuestos. De lo contrario, podría ponerse en riesgo la estabilidad financiera de la Generalitat y, en consecuencia, la continuidad de los servicios públicos.
«Sería fundamental asegurar que la pérdida de recaudación derivada de esta reducción del IRPF se compense con incrementos en otros impuestos», Antoni Cunyat, profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
La compensación de la pérdida
Esta reforma supondrá que la Generalitat ingresará unos 28,8 millones de euros menos. No obstante, se compensará con aumentos en otros tributos, como la tasa turística o el impuesto sobre transmisiones patrimoniales. Sin embargo, habría que analizar las cifras concretas para comprobar si existe un equilibrio real.