Ya se habían disparado las alarmas en los dos primeros meses del año, cuando las carreteras de la demarcación de Tarragona llegaron a las nueve víctimas mortales, frente a las cuatro del mismo periodo del año anterior.
Pero durante este marzo la cifra ha subido a 13 tras otros cuatro fallecidos. La mayoría de estos accidentes tienen como causa principal el factor humano.
«Aunque hay conductores de todo tipo, muchos no respetan los límites, ni las señales ni las líneas continuas», comenta uno de los sargentos jefe de turno, que está a pie de carretera. Por ello, buena parte del trabajo policial de este año se centra en la detección de distracciones al volante y en los excesos de velocidad. Y es que en un 30 por ciento de los accidentes la causa directa es una distracción, según fuentes de los Mossos d’Esquadra.
Uno de los indicativos de estos excesos al volante son los imputados por conducción temeraria. Si en 2023 fueron detectados 122 conductores por este delito, el año pasado la cifra pasó a 160, lo que significa un incremento del 31,1 por ciento. Los resultados se dispararon en la mayoría de comarcas.
Así, en el Tarragonès se pasó de 33 a 48, en el Baix Camp de 25 a 39 y en el Alt Camp casi se duplicaron (de siete pasaron a 13).
Coches ‘de paisano’
Muchas de estas infracciones de conducciones temerarias son observadas por los vehículos no logotipados que disponen los Mossos d’Esquadra para detectar precisamente estas acciones. El vehículo en el que van los agentes –ellos sí van de uniforme– se denomina espiell, la ‘mirilla’.
Gracias al hecho de pasar desapercibidos, os policías observan determinadas maniobras que ponen en riesgo la vida de otros ciudadanos. El Diari acompañó durante unas horas a los agentes que prestan este servicio.
«Normalmente por la mañana hay más volumen de tráfico, principalmente porque hay más personas trabajando en la carretera, como los repartidores», comentan los agentes. En la zona de Tarragona, dicho vehículo patrulla por las vías más importantes: las dos autopistas (AP-7 y AP-2), N-340, A-7, C-14, T-11 y A-27. Dichas vías son las que tienen más siniestralidad , aunque en la N-340, desde que se ha desdoblado en la A-7, la accidentalidad ha bajado.
Las excusas
Una de las constataciones es que los conductores siguen utilizando el móvil, tanto para hablar como para enviar mensajes. «La mayoría, cuando los paras, te dicen que ha sido un momento».
Y las excusas que dan son de los más varias: «miraba la hora», «me acaba de llamar mi mujer que está embarazada», «me han llamado del colegio de mi hijo» o «tengo a mi padre en el hospital». También los hay que cuando ven que los adelanta el coche de los mossos, rápidamente dejan el móvil
A pesar de que está claro que estos conductores han cometido una infracción, los agentes también valoran la situación. Hace unos días, en la carretera C-14, en la entrada a Reus, pararon a una mujer. La acababan de llamar porque su hijo se había tomado unas pastillas. «En estos casos tenemos que ser personas. Nos ofrecimos para acompañarla», señalan.
También se han encontrado algún conductor que acababa de ser avisado de que su padre había muerto de infarto. «Cuando se trata de exceso de velocidad, entonces no se puede hacer nada y tienen que abonar la multa», recalcan.
Pero, ¿es fácil detectar desde lejos si un conductor está utilizando el móvil? La respuesta es sencilla: «Sí». Es como si el implicado estuviera bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Normalmente, reduce la velocidad, no circula en línea recta sino en zigzag y también efectúa una conducción errática.
Los conductores que son cazados manipulando el WhatsApp suelen ser jóvenes, mientras que los mayores suelen ser interceptados hablando por el móvil.
Multa tras multa
Los policías también encuentran a conductores que no escarmientan aunque reciban multa tras multa. Hace unos días interceptaron en la autovía A-7 un Porsche que circulaba a 200 kilómetros por hora en un día de lluvia y con mucho tráfico. «Conseguimos interceptarlo a la salida de Salou.
El conductor, de 53 años y vecino de Cambrils, había perdido todos los puntos del carnet, siempre por exceso de velocidad. «Él no era consciente que iba tan rápido. Incluso había corrido en circuitos y decía que él controlaba». Además, manifestó desconocer que no le quedaban puntos. Su conducción negligente le costó una multa de 500 euros –no comporta pérdida de puntos–.
Sobre el aumento de tráfico pesado en la autopista AP-7, los agentes comentan que «nos estamos encontrando que los camiones no mantienen la distancia de seguridad sino que van a rebujo».

Pero en su patrullaje se han encontrado con toda clase de escenas curiosas, como el conductor que se estaba afeitando la barba con una maquinilla eléctrica en la autovía T-11, a la salida de Misericòrdia. En este caso, la multa es de 80 euros por no mantener la atención en la conducción o la libertad de movimientos.
Lo mismo ocurrió con la mujer pillada pintándose los labios con el espejo. «He salido tarde de casa», comentó cuando fue parada por los agentes. Y conductores al volante de furgonetas mientras están desayunando es una escena bastante habitual.
Cazado
Mientras el espiell patrulla por la T-11, en la circunvalación de Reus, los policías observan al conductor de una furgoneta manipulando el móvil. Lo paran a la salida de Riudoms. «Solo lo he mirado un momento», se justifica. Serán 200 euros y seis puntos menos. «Me quedan solo dos y tendré que hacer el curso de recuperación». Si lo hace podrá obtener ocho.
«En la T-11 se detectan muchas distracciones», reconocen. Lo mismo pasa en la autovía A-7, entre Les Gavarres y el campo del Nàstic, «como la velocidad está limitada a 80, aprovechan para coger el móvil».
Mientras la patrulla está notificando la infracción pasa un turismo con la matrícula trasera tapada con un folio. Cuando terminan de notificar la multa, intentan alcanzar al coche, que se ha marchado por la C-14, pero no lo encuentran.
La escena se repite
La patrulla vuelve a la T-11, donde no tarda en repetirse la escena: el conductor de una furgoneta conversando por el móvil. «Estoy hablando con el mecánico por un problema en el motor», exclama el infractor. Serán tres puntos menos y 200 euros de multa, que se sumaran a otros 200 por tener la ITV caducada desde agosto del año pasado.
El exceso de velocidad también es uno de los objetivos a controlar marcados desde el Servei Català de Trànsit. El sargento recalca que un coche que circula a 100 kilómetros por hora, si tarda un segundo en reaccionar recorre 28 metros, pero si tarda tres la distancia se alarga hasta los 100 metros.

Y no solo se alcanzan altas velocidades en las autopistas. Con la entrada en funcionamiento del túnel del Coll de Lilla, también se está dando esta problemática en la autovía A-27. Un fin de semana fue detectado un vehículo andorrano circulando a 206 km/h en un tramo limitado a 100. Y en el lateral de la autovía A-7, en el kilómetro 1.147, en Cambrils, el radar cazó una motocicleta yendo a 183 km/h cuando el límite establecido está en 90.
Hacerse un selfie conduciendo la furgoneta
Los agentes, en su servicio diario, se encuentran con toda clase de situación subrealistas. El sargento comenta que en el punto donde atiende el Diari, en la rotonda situada debajo de la T-11 –de acceso a la autopista AP-7– ha visto al conductor de una furgoneta haciéndose un selfie. También a una joven realizando posturas sin ninguna mano al volante. O bien otro que como tenía las manos ocupadas con el teléfono, conducía con los codos.
Y es que la utilización del móvil, ya sea para llamar o para enviar mensajes, sigue presente en la conducción de muchas personas. El sargento recuerda que uno de estos casos acabó en accidente. Ocurrió en el kilómetro 233 de la AP-7, en Torredembarra. El conductor de un turismo iba distraído y chocó con la parte trasera de un camión.
Relajación
Aunque el responsable policial reconoce que hay conductores de todo tipo. «Hay muchos que se relajan con el tema de los puntos: no respetan no los límites de velocidad, ni las señales ni las líneas continuas». Ello comporta la detección de más imprudencias al volante: desde motos avanzando por el arcén a adelantos a pesar de circular un ciclista por el sentido contrario. Y es que cada vez hay más actitudes de conducción agresiva, recalca el sargento.
Patrulla con lector de matrículas
Dentro de un tiempo –se desconocen si son semanas o meses– entrará en servicio un coche patrulla no logotipado equipado con dos cámaras delante del puente de luces, que leerán automáticamente las matrículas de los vehículos. Permitirá comprobar si estos tienen seguro en vigor, si ha pasado la ITV, si está robado, si tiene alguna acta de precintado o si su dueño tiene alguna deuda con la tesorería General de la Seguridad Social. Actualmente, la Guàrdia Urbana de Barcelona ya dispone de este tipo de vehículo.