Endesa está llevando a cabo los trabajos para reformar y mejorar tecnológicamente parte de la red eléctrica de la urbanización de La Mora-Tamarit, en Tarragona, con el objetivo de mejorar e incrementar la calidad y la continuidad del servicio eléctrico a sus casi 1.800 clientes.
La finalidad es modernizar las infraestructuras y dejarlas preparadas para poder absorber más carga y, así, impulsar la electrificación de la demanda, aspecto clave para acelerar el proceso de descarbonización y facilitar la transición energética. Los trabajos suponen una inversión de 170.000 euros, aportados íntegramente por la compañía.
La operativa comprende el tendido de una nueva línea subterránea de media tensión a 25 kV -de 625 metros de longitud- que discurre por las calles del Ripollès y del Baix Empordà para enlazar dos centros de transformación existentes que hasta ahora estaban aislados.
Así, se crea lo que técnicamente se denomina una anilla eléctrica. Dicho en otras palabras, posibilita que, en caso de incidencia en este núcleo situado a once kilómetros del centro de la ciudad, se pueda dar servicio a los clientes afectados por vías alternativas.
Esto repercute no solo en una reducción del tiempo de reposición del suministro, sino en el hecho que, en casos de trabajos programados o mantenimiento de la red, no será necesario ninguna interrupción del servicio. El nuevo cable, además, es de nueva tecnología y mucho más resistente, lo cual permite el refuerzo de toda la red eléctrica de toda la zona.
Con este tipo de intervenciones en el Camp de Tarragona, la compañía trabaja con un triple objetivo: absorber puntas de demanda concretas, el consumo de nuevos clientes que lo pidan y reforzar el incremento de demanda que pueda producirse en el futuro como consecuencia de la electrificación de la economía, o el que es el mismo, el aumento del uso de la electricidad producida a partir de energías renovables con el fin de reducir el uso de tecnologías que emitan CO₂.