Si hay algún tema que, a día de hoy, genera unanimidad en la ciudad de Tarragona este es la limpieza. O mejor dicho, la falta de ella. Para entendernos, la suciedad de la vía pública. Así lo pone de manifiesto la práctica mayoría de las asociaciones de vecinos consultadas por el Diari, así como los agentes económicos de la ciudad, que critican la «imagen que se da al turismo».
«Nuestro barrio nunca está limpio, pueden pasar días sin ver ni a operarios ni camiones de la limpieza. Las aceras están llenas de excrementos de perro y las alcantarillas llenas de hojas y escombros», lamenta el presidente de la Associació de Veïns del Parc del Francolí, Jordi Miguel. De manera contundente se expresa también Josep Maria Bertran desde la Vall de l’Arrabassada. «No podemos valorar el servicio de la limpieza porque es inexistente desde hace mucho tiempo».
Tampoco se muestran satisfechas ni Josefa Rodríguez ni Maria Carme Puig desde Parc Riuclar y el Port. «Ahora no está muy limpio que digamos, tengo que enviar fotos pidiendo que vacíen los contenedores. Es una pena que el pam a pam no se vaya manteniendo», lamenta la primera, mientras que la segunda critica que «como toda Tarragona, nuestro barrio está muy sucio. Es penoso». Asimismo, Loli Gutiérrez –desde Bonavista– es la única que considera que en su zona «se ha notado una mejora», si bien reconoce que «hay margen de mejora».
«El servicio no es bueno»
Negativa es también la opinión de los agentes económicos. «Debería darnos vergüenza ser Patrimoni de la Humanitat y tener esta carta de presentación ante los ciudadanos y los turistas. Si el emperador August levantara la cabeza...», indica la presidenta de la Cambra de Comerç, Laura Roigé.
Javier Escribano, de la Associació de l’Hostaleria, afirma que «la gente que vivimos del turismo limpiamos nuestras casas, pero que haya cucarachas provoca que todo el esfuerzo quede en nada». Asimismo, Melcior Bustos –de La Via T– denuncia que «el servicio está fatal, es del siglo pasado». Efectivamente: el contrato se firmó en 2002 pero se diseñó a finales de los noventa, con las pesetas. Lamentable.