Los vecinos y conductores que pasan por la Via Augusta se habrán dado cuenta de que han desaparecido las vallas publicitarias que había en la rotonda de acceso al Camí de la Cuixa. Tan solo en este punto llegaron a haber hasta seis carteles de grandes dimensiones, que han sido eliminados y ya no volverán a ponerse.
Su retirada ha llegado después de que el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con los propietarios y/o anunciantes para que cumplan con lo que establece la nueva ordenanza municipal. «Es un trabajo minucioso y muy lento, porque hay que mirar la situación en cada uno de los casos, pero están empezando a verse los resultados», explica el concejal de Territori en funciones, Josep Maria Milà. Esta entrada desde Llevant es uno de los primeros espacios en los que se ha actuado, con el objetivo de seguir peinando el conjunto de la ciudad. Y es que, según los cálculos que se daban a conocer cuando se aprobó la nueva ordenanza, a lo largo de todo el término municipal se contabilizaron alrededor de 300 instalaciones de estas características. Además, se detectó que la mayoría eran «ilegales», ya que no tenían licencia.
En aquellos casos en los que no se atienda a la petición del Ayuntamiento, su retirada correrá a cargo de la administración que, por otro lado, podrá multar a los propietarios, con sanciones que podrán llegar a los 3.000 euros.
De acuerdo con la nueva ordenanza, las vallas publicitarias tan solo podrán ponerse en «zonas industriales», un ámbito que, por otro lado, incluye también los polígonos comerciales como Les Gavarres. Milà defiende que «mejorará mucho la imagen de la ciudad». Sin embargo, no todas estas estructuras desaparecerán de inmediato. Hay unas sesenta que están concesionadas por parte del Ayuntamiento, que están en terrenos municipales. En este caso, habrá que esperar hasta que finalice este contrato, que aún tiene otros dos años de vigencia.
La retirada de las vallas publicitarias es una cuestión que arrancó a inicios de este mandato, por la polémica que había en algunas zonas. En el plenario del 24 de octubre de 2016 todos los partidos votaron a favor de una moratoria, que suspendía durante un año que se otorgaran nuevas licencias para su instalación. Durante este periodo, los servicios técnicos municipales trabajaron en la redacción de una nueva ordenanza municipal, ya que la anterior era de 1988 y, a pesar de que se había actualizado en 2002, había quedado obsoleta en muchos aspectos.