El turismo nacional salvó la campaña del año pasado, cuando a pesar de que la pandemia seguía con importantes limitaciones, más del 75% de los turistas que recibió la ciudad de Tarragona procedían de este mercado de proximidad. Las previsiones de cara a este 2022 apuntan a una recuperación de los visitantes extranjeros, pese a ello, y teniendo en cuenta la incertidumbre del actual momento, uno de los objetivos del Patronat de Turisme de Tarragona es consolidar este nicho y que se traduzca en un incremento de las pernoctaciones durante los fines de semana durante todo el año. Así lo apuntaba el presidente del patronato, Pau Ricomà, quien aseguró que «en el turismo de escapada tenemos más recorrido que en las vacaciones prolongadas y nos permiten desestacionalizar».
Durante los meses de más actividad, las posibilidades de crecimiento son escasas. Tarragona tiene una capacidad hotelera limitada y en momentos puntuales se llenan la totalidad de las plazas. «Los estudios del POUM, que analizan la huella del turismo respeto al total de habitantes nos dicen que hay campo por recorrer», argumentó el alcalde. Las cifras están por debajo de municipios como Torredembarra y Altafulla, por este motivo la voluntad del Consistorio es que «en unos años tengamos una oferta hotelera más amplia».
La anulación del POUM lo ha dificultado. No obstante, desde el Patronat Municipal de Turisme se aseguró que se está trabajando en esta línea, que no es inmediata, y que es la que debe facilitar que puedan potenciarse nuevas líneas como el turismo deportivo, a través de la náutica y el Anillo Mediterráneo. Mientras tanto, la estrategia de este organismo es poner en valor la oferta gastronómica, de naturaleza y cultural de la ciudad, para que, más allá del patrimonio, estos se conviertan en atractivos para una escapada de fin de semana.
En paralelo, el sector del camping sí que permite este crecimiento. Este es un nicho de especial interés teniendo en cuenta que la ciudad de Tarragona dispone de 20.000 plazas y que es un modelo que responde a los objetivos del turismo sostenible, que quieren potenciarse desde el Gobierno. «Queremos ver como los campings también experimentan el salto cualitativo y cuantitativo que ha registrado el sector hotelero en 2020», decía el gerente del Patronat de Turisme, Víctor Franquet. «Y esto significa –añadía– empezar a picar piedra». Por este motivo, se están contemplando campañas específicas en mercados especializados como el francés, holandés y alemán «de la mano» del sector que permitan consolidar estos mercados.
Marca Baix Gaià
Más allá de mirar el exterior, el Patronat Municipal de Turisme tiene previsto para este año acudir a la feria de Bilbao bajo el paraguas de la marca Baix Gaià. Franquet apuntó que «esta sería la primera vez», no obstante, se ve como una oportunidad para consolidar estos mercados locales, ofreciendo un territorio con un gran valor natural, que es otra de las líneas estratégicas.
En cuanto a la incertidumbre sobre el turismo ruso, originada por el conflicto bélico con Ucrania, los responsables de turismo de la ciudad de Tarragona aseguraron que este no debe ser un motivo de preocupación. Las estadísticas del año pasado muestran que tan solo vinieron unos 700 rusos, por lo que «no es un mercado importante a nivel local», decía Franquet.
Pau Ricomà y Víctor Franquet presentaron ayer el balance definitivo de la campaña del año pasado y los datos muestran una «recuperación» del turismo respecto al primer año de la pandemia. La ciudad de Tarragona registró un total de 876.661 pernoctaciones, lo que representa un incremento del 70,97% en comparación con el año anterior. Si los datos los comparamos con los de 2019, cuando se registraron 1.313.754 pernoctaciones, la cifra del año pasado representa un 66,73% del total.
Especialmente significativo es el crecimiento que experimentó el sector hotelero, que dobló las pernoctaciones respecto a 2020. En este caso, el turismo nacional estuvo detrás de tres de cada cuatro pernoctaciones y destaca el buen comportamiento de algunos mercados como el francés. En cuanto a los campings, el crecimiento fue del 58% y, en este caso, el turismo internacional tan solo representó el 17% de la actividad.
De cara a las perspectivas para este año, Ricomà apuntaba que «si no se producen hechos coyunturales demasiado fuertes, mantendremos cifras parecidas a 2019».