El túnel de Lilla reforzará las relaciones con Lleida y el Cantábrico

Ha llegado el día. Hoy, a las 11 horas, la ministra en funciones de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Raquel Sánchez, inaugurará el esperado túnel del Coll de Lilla. Una infraestructura que abre la puerta de Tarragona hacia el interior, mejorando las conexiones con las Terres de Ponent y el Cantábrico.

Han pasado más de diez años desde que se inauguró el primer tramo de esta autovía, entre Tarragona y el Morell. Las dificultades técnicas y presupuestarias siempre han jugado en contra de una obra largamente reivindicada desde el territorio, que todavía tiene deberes por delante, hasta que no se haga efectiva la conexión con la autopista. «Es una lástima que, teniendo en cuenta los años de demora, no se tuviera en cuenta este último tramo de forma simultánea», lamenta el director general de la Federació d’Empreses d’AutoTransport de Tarragona (Feat), Josep Lluís Aymat.

Este se muestra convencido de que «el túnel mejorará muchísimo las comunicaciones hacia el interior». Una opinión que comparte la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, Laura Roigé, quien asegura que esta obra «significa romper el modelo de infraestructuras de la España radial», dando respuesta a una «vieja aspiración» como es la mejora de las conexiones entre el Mediterráneo y el Cantábrico.

La entrada en funcionamiento del túnel comportará una reducción entre 15 y 17 minutos en el tiempo de desplazamiento de los camiones. «Supondrá un antes y un después», se muestra convencido Aymat. Esto favorecerá especialmente al Port de Tarragona, que mejorará su relación con uno de los principales mercados, como son las empresas del sector agroalimentario que se abastecen a partir de los cereales que llegan al puerto.

«La reducción de tiempo supone poder pasar de dos a tres viajes entre Lleida-Aragó y el Port», afirma el presidente de este organismo, Saül Garreta. Y esto, teniendo en cuenta que el año pasado el tráfico de cereales alcanzó la cifra récord de 5,95 millones de toneladas, puede comportar una mejora competitiva muy importante.

Garreta opina que la finalización de las obras «refuerza nuestro posicionamiento estratégico», teniendo en cuenta que «la A-27 es uno de los cordones umbilicales que nos unen con el interior de la península». Pese a ello, este considera que hay que ir más allá. «Si hablamos de futuro, y de un futuro sostenible, este pasa por el ferrocarril y por una mejora de la infraestructura de forma que permita aumentar el volumen de mercancías transportadas de manera sostenible».

El sector químico, a través de la Associació d’Empreses Químiques de Tarragona (Aeqt) valora de una forma «muy positiva» la apertura del túnel. «Su puesta en funcionamiento comportará un ahorro de tiempo, recursos económicos y del impacto ambiental muy importante», dice la directora gerente de la patronal, Maria Mas.

Pesa a ello, las mercancías peligrosas continúan siendo la asignatura pendiente, ya que por motivos de seguridad estas no podrán pasar por el interior del túnel. Tanto la Aeqt, como la Feat y la Cambra de Comerç de Tarragona defienden la necesidad de hacer un «estudio de alternativas» para solucionar este déficit. La propuesta que hacen contempla que a la altura de Masmolets, estos vehículos puedan desviarse en dirección al polígono industrial y hacia El Pla de Santa Maria, lo que les facilitaría el acceso a la autopista, evitando la ruta adicional de 44 kilómetros que tendrán que seguir ahora. Más allá de acortar el desplazamiento de estos camiones, el proyecto también se ve como una oportunidad para mejorar las conexiones del polígono de Valls, con una previsión de crecimiento de 60 hectáreas.

También el Turismo celebra la mejora de las conexiones con un mercado que constituye cerca del 30% de las pernoctaciones de la demanda que viene en coche. «El mercado más importante de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre es el español y dentro de este destacan los que pasarán por el túnel, como son los de Lleida, Zaragoza, Pamplona, el País Vasco y Logroño», afirma el portavoz de la Federació d’Empreses d’Hostaleria de Tarragona, Xavier Guardià.

Este ve su puesta en funcionamiento como «una oportunidad», aunque teme que el hecho que no esté acabado generará un «cuello de botella», que hace que ahora mismo contenga las expectativas. Al respecto, Laura Roigé es exigente. «Durante el verano la red secundaria entrará en tensión por ejemplo para ir a Torredembarra o Salou, por lo que es muy importante que se adapte la red capilar secundaria». Más allá de la alternativa para las mercancías, pide accelerar la ampliación de la C-37, entre Valls y Alcover, para absorber el tráfico que se genere los fines de semana y en verano para ir a Salou. Asimismo, reivindica que la autovía debería ser el primer paso para desdoblar la C-14, de Montblanc a Tàrrega, lo que supondría una mejora de las conexiones con la Catalunya Central.

Especialmente crítico es el presidente de la Cambra de Comerç de Valls, Josep Maria Rovira, quien califica el proyecto de «nyap». «Nos están tomando el pelo. La A-27 debería ser una autovía estatal de largo recorrido entre Tarragona y San Sebastián, y aquí la solución que nos dan es el enlace con la AP-2, cuando debería ser una cosa transitoria. No podemos aceptar que este sea el trazado definitivo», argumenta.

Por su parte, el presidente de la Diputació de Lleida, Joan Talarn, pone en valor que esta es una infraestructura que «enlaza dos territorios con muchas cosas en común, lo que nos abre nuevas oportunidades de cara a una mejora de la colaboración». Este asegura que el túnel «ayudará a mejorar y fortalecer las relaciones». Y entre las asignaturas prioritarias que establece está «una buena línea ferroviaria que nos permita sacar las mercancías». Finalmente, la presidenta de la Diputació de Tarragona, Noemí Llauradó, se muestra convencida de que la nueva conexión aportará «más actividad y más dinamismo» al territorio.