Primero fue la restauración de las fachadas del Pretori, después la ampliación del parking Torroja, la reforma urbanística de la calle Orosi y ayer, finalmente, López Peláez y Josepa Massanés ponían la guinda en el pastel de un Tourmalet de inauguraciones que se inició el pasado 29 de febrero y que, por unos días, ha recordado las semanas de frenesí de antes de elecciones.
Tarragona está de estreno y detrás de buena parte de estos proyectos está el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, conocido popularmente como los fondos Next Generation. «Está llegando mucho dinero y todavía llegará más», decía el subdelegado del Gobierno español en Tarragona, Santiago Castellà.
La reforma de las calles López Peláez y Josepa Massanés ha supuesto un lavado de cara integral de dos ejes en los que los viandantes han ganado protagonismo. «Antes de las obras eran calles que prácticamente se utilizaban tan solo para acceder al parking Saavedra. Con el nuevo mobiliario, las zonas ajardinadas, el soterramiento del cableado eléctrico, la iluminación y la renovación de la red de alcantarillado, se han invertido las prioridades y los peatones siempre tendrán la prioridad», afirmó el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales.
Las obras han permitido generar un nuevo espacio, en la zona más próxima a la Escola Saavedra. En este punto, se ha eliminado parte de un pequeño muro y se ha ganado una plaza en un triángulo, que antes no se utilizaba, y en el que ahora se ha situado una zona de bancos.
En paralelo, las obras han comportado la eliminación de las aceras, de forma que se ha generado una plataforma única. Esto significa que los coches tan solo podrán acceder al aparcamiento y para carga y descarga, a una velocidad máxima de 10 km/h.
«No acabamos de verlo»
«Estamos a la expectativa, porque aquí nos dijeron que se generaría una plaza y no veo ninguna y los coches siguen pasando», lamentaba la presidenta de la Associació de Veïns de Maria Cristina, Carme Solé. Durante el acto de inauguración, esta puso en valor que se hayan ensanchado las aceras de Maria Cristina, con un nuevo paso de peatones. Sin embargo, lamentaba que el Ayuntamiento no hubiera consultado previamente a los vecinos, antes de la redacción del proyecto. «Está bien que se arregle, pero el vecindario no acabamos de verlo y esto que dicen que es una nueva plaza, nos da miedo que acabe convirtiéndose en la sala anexa del Tótem», decía.
Solé era la voz crítica de inauguración muy concurrida a nivel político. Al gobierno socialista le tocó iniciar los trabajos y ejecutar las obras nada más llegar a la Plaça de la Font. Sin embargo, este es un proyecto que se impulsó durante el anterior mandato, por lo que, desde ERC se han dedicado intensos esfuerzos para reivindicar el #LlegatRepublicà. Con todo, hasta catorce concejales –además del alcalde y el subdelegado del Gobierno– posaban para una foto que si es el termómetro de cara a nuevas inauguraciones, el día que reabra Tabacalera habrá que alquilar una grada para los políticos y otra para los respectivos asesores.
La nota de color la pusieron los alumnos del Saavedra, que coincidiendo con la hora del patio se encontraron con el percal e intentaron arrancar una sonrisa a los representantes políticos allí congregados. Seguramente, nuevas excursiones como esta contribuirían a rebajar tensiones en el salón de plenos, pero de momento el cupo de inauguraciones está lleno.