El personal del CAP La Granja-Torreforta piden al Institut Català de la Salut (ICS) que contrate un vigilante de seguridad para el ambulatorio. El motivo son los últimos episodios de agresiones registrados en este centro de atención primaria, que ha afectado a todo el personal sanitario, desde médicos hasta enfermeras, pasando por las administrativas. Es una larga reivindicación por parte del sindicato USITAC, quien tras muchas reuniones, ven cada vez más cerca su demanda. Por su parte, desde el ICS aseguran que la comisión técnica encargada de la seguridad en los equipamientos está evaluando esta y otras propuestas al respecto.
La reclamación tiene su origen a principios de este año, cuando el sindicato presentó un comunicado de riesgo a la unidad de prevención del ICS, después de que algunos profesionales sanitarios hubieran denunciado agresiones por parte de los usuarios. Fue entonces cuando se creó una comisión de seguridad del CAP La Granja, de la cual forman parte los cuerpos policiales –Mossos y Guàrdia Urbana–, la dirección del centro y de la atención primaria del ICS y sindicatos sanitarios. La primera reunión se celebró en febrero.
«Salí desencantada, ya que fui la única delegada que reivindicaba un vigilante de seguridad. El resto de sindicatos optaban por otros mecanismos, como por ejemplo, colgar carteles para concienciar a los pacientes o instalar cámaras de videovigilancia», explica Antònia Bravo, delegada de salud de USITAC.
Hace dos o tres meses, el asunto volvió a ganar actualidad, al registrarse dos importantes agresiones físicas al personal. «A una, la agredieron con un objeto, y a otro, lo cogieron del cuello», recuerda Bravo. La guinda del pastel llegó hace un par de semanas, cuando un sábado, una administrativa se sintió intimidada al acceder al CAP una persona drogodependiente. «El paciente aprovechó que había pocos trabajadores en el ambulatorio, para entrar e ir en busca de medicamentos», explica la delegada sindical, quien añade que «la trabajadora se sintió totalmente desamparada».
El pasado 1 de diciembre, y con los episodios de los últimos días todavía en la memoria, se llevó a cabo otra comisión de seguridad. «En este encuentro, ya nadie debatió si era necesario o no un vigilante de seguridad», asegura Bravo. Por su parte, el ICS asegura que la comisión técnica está ahora valorando las propuestas presentadas.
Se triplican los casos
Las agresiones al personal sanitarios han dejado de ser un hecho aislado. Sin ir más lejos, el año pasado se multiplicaron por tres las agresiones, llegando a 145, mientras que en 2020 se registraron 57. Las médicas son las que sufrieron un mayor número de ataques –110–, frente a los 35 casos de los médicos.
Además, la Atención Primària es donde se ha detectado el mayor número de agresiones. En segundo lugar, el ámbito hospitalario y, en tercero, las Urgencias de los hospitales. Las largas listas de espera podrían ser el principal causante del enfado de los pacientes.