El nuevo tanatorio del cementerio municipal entrará en funcionamiento entre diciembre de este año y enero del año que viene. Se trata de una instalación funeraria que gestionará y explotará la empresa Mémora y la Fundació Sant Pau i Santa Tecla, y que contará con un edificio de dos plantas con cuatro velatorios y un oratorio para 135 personas. La previsión es que la obra termine justo de aquí un año y que equipar el edificio tarde entre dos y tres meses más, aseguran fuentes de la Fundació.
Los trabajos comenzaron el pasado 16 de mayo, con el movimiento de tierras y la cimentación. Para poder estabilizar los terrenos del cementerio, la obra se inició con la construcción de un muro pantalla, una especie de pared de hormigón que sirve para soportar el cementerio. Se trata de un trabajo lento y que, a menudo, plantea problemas, ya que influye mucho el tipo de terreno que se encuentran los operarios in situ. Según fuentes de la obra, por mucho que se haya estudiado previamente con un estudio geotécnico, hay incertidumbre. En este caso y durante la construcción del muro pantalla, apareció una capa rocosa que hizo retrasar unas dos semanas los trabajos. Complicaciones habituales en trabajos como este.
La previsión es que las obras de cimentación estén listas a finales de este año, y que en febrero empiecen los trabajos de construcción del nuevo edificio, que contará con una pared de piedra seca, recordando la piedra del Médol. Fuentes de la Fundació y de Mémora aseguran que en octubre del año que viene, la estructura estará lista y será el momento de equipar el espacio, verificar todas las instalaciones y hacer las legalizaciones. Un procedimiento que puede tardar entre dos y tres meses.
Dos plantas y un sótano
El nuevo tanatorio, ubicado dentro del cementerio municipal y con acceso a través del Camí del Llorito, contará con una superficie de 3.000 metros cuadrados y con una inversión de más de seis millones de euros.
El edificio se distribuirá en dos alturas, y un sótano con 30 plazas de aparcamiento público. La planta baja acogerá las oficinas, el horno crematorio y un oratorio con una capacidad para 135 personas. La sala, que servirá para hacer los funerales, estará iluminada por un gran ventanal con luz tamizada. La planta baja tendrá una zona de porches y con unos jardines, perfectos para poder pasear y encontrarse con los familiares del difunto.
La primera planta acogerá el vestíbulo de acceso, los cuatro velatorios y la cafetería. Los velatorios tendrán incorporado un patio interior y esta planta contará con unas vistas a la muralla y al mar.
Arquitectura sostenible
El nuevo tanatorio se construirá siguiendo los criterios de arquitectura sostenible y la cubierta estará ajardinada para poder optimizar la eficiencia energética de la instalación. El proyecto está pensado también para tener una certificación LEED –Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental–, un reconocimiento internacional para edificios sostenibles creado en Estados Unidos. Esta certificación tiene cuato niveles (Certified, Silver, Gold y Platinum), y el tanatorio está estudiado para contar con la certificación LEED Gold, según explican fuentes de la Fundació Sant Pau i Santa Tecla.