El Museu d’Història de Tarragona inicia una nueva etapa y lo hace con una renovación y modernización de su imagen. Un cambio que quiere ser un primer paso para dar un salto cualitativo de cara a la divulgación del patrimonio de la ciudad, «situando Tarragona a la altura de las ciudades Patrimonio de la Humanidad», según explicó el concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo.
Esta nueva hoja de ruta contempla que por primera vez el museo tendrá una programación estable durante todo el año. Esta incluirá una oferta más amplia de actividades familiares, educativas y de cara a los propios tarraconenses. Asimismo, se generará una nueva musealización tanto de los cuatro monumentos Patrimonio de la Humanidad que gestiona la administración local, como de las casas Canals y Castellarnau y de aquellos elementos patrimoniales que forman parte de la trama urbana. «Queremos poner Tarragona como museo de referencia al aire libre tanto a nivel nacional como internacional», afirmó Pinedo.
Este cambio empezará en la calle. En los próximos meses empezarán a instalarse los nuevos tótems informativos que sustituirán a los actuales de color morado, que en algunos casos prácticamente son indescifrables ya que han sido víctimas del incivismo. Estos son los que están situados en las entradas del Passeig Arqueològic, en los accesos de Torroja y el Portal del Roser, el Pretori, el Circ Romà, el Amfiteatre y el Fòrom de la Colònia. También se sustituirá la cartelería de la fachada del antiguo ayuntamiento y de las casas Canals y Castellarnau.
Los nuevos paneles serán de color azul en los que podrá distinguirse el nuevo diseño con la mitad de una ‘M’ y una ‘H’ hecha por la empresa Opissa. Estos irán acompañados de información básica como los horarios, así como incluirán una breve explicación y los planos de ubicación o los itinerarios. Asimismo, se prevé que algunos casos incorporen códigos QR para ampliar una información que se ha querido que sea sencilla y fácilmente comprensible para todos los públicos.
En una segunda fase, se iniciará una nueva musealización de los recintos patrimoniales. Y, en este sentido, el cambio se iniciará desde la Torre del Pretori, en la que va a hacerse una actuación de conservación y mantenimiento para convertirla en la primera sede del Museu d’Història de Tarragona, que ahora ocupa de forma provisional la Casa Castellarnau. Según avanzó el concejal Pinedo «nos planteamos hacer una división por plantas para explicar la historia de la ciudad, empezando por el mundo romano, para seguir con el periodo medieval y la época contemporánea».
Este proceso de mejora de la señalización y de la información también quiere incorporar los Indrets Històrics, es decir, locales comerciales o que están destinados a la hostelería que disponen de elementos patrimoniales en su interior. «El objetivo es integrarlos en una especie de red, con una placa y también con un código QR», explicó el director del Museu d’Història de Tarragona, Cris Salom.
Este proceso de renovación no tan solo será a nivel físico, sino que también afectará a los contenidos, de forma que por primera vez el museo tendrá una programación estable. Este mes de febrero se iniciará un nuevo ciclo del Quan els objectes parlen, en primavera se estrenará Un passeig modernista per gaudir, mientras que en verano se programarán rutas y de cara a otoño el ciclo Llegendes i misteris de Tarragona. Finalmente, de cara a finales de año se repetirán las visitas teatralizadas para conocer la ciudad a través de los ojos de algunos de sus principales personajes. En esta ocasión, el protagonista será Ramon Foguet.
Destaca también la franja de actividades escolares, con 59 sesiones dirigidas a los estudiantes de primer de ESO de la ciudad que conocerán Tarraco, no tan solo paseando por sus monumentos, sino también a través de tabletas. Finalmente, hay que remarcar las nuevas actividades familiares de cara al verano, con una gincana por la muralla.
El proyecto supone una inversión de 70.000 euros anuales por parte del Ayuntamiento de Tarragona, una cifra inferior a las expectativas pero que es la más importante que se ha hecho en cuanto a esta línea de actuaciones. De esta forma, quiere darse un nuevo impulso de cara a la divulgación del patrimonio de la ciudad, que el año pasado registró un total de 387.325 visitantes. Esta cifra prácticamente supone la mitad de las personas que el año previo a la pandemia visitaron los recintos del Museu d’Història. El monumento con más afluencia fue el Pretori-Circ, con 107.811 personas.
