El merchandising de Santa Tecla es, probablemente, uno de los primeros elementos que anuncia la inminente llegada de la gran fiesta de Tarragona. Después de que el lunes 23 fuera anunciada la imagen gráfica de este año, que conmemora el trigésimo aniversario del Retaule de Santa Tecla, solo tuvimos que esperar a la mañana siguiente para encontrarnos con los ya tradicionales productos festivos en mercados y establecimientos de la ciudad.
Uno de los principales puntos es en el Mercat Central de Tarragona, donde, tras el primer golpe del aire acondicionado y de los hipnotizantes olores de la comida que hacen abrir el apetito, en una esquina encontramos la parada La Teca i la Meca cubierta del morado del merchandising de Santa Tecla. Los clientes, especialmente familias, husmean y compran alguno de los artículos disponibles. «Las camisetas es lo que más se compra», comenta uno de los responsables. «Hemos vendido como unas 75 ó 85 en estos últimos días, especialmente las tallas pequeñas. Luego, lo que más se vende son el abanico y la pulsera», añade. Lo que más parece costar venderse, especialmente por su mayor precio, son las figuras de las bestias del Seguici Popular de la ciudad y de los castellers, donde estos últimos parecerían los menos interesantes para el público. «El Drac de Sant Roc sería el que más se vende, y luego la Cucafera», explica el vendedor.
No obstante, también en otros establecimientos ofrecen estos productos. Uno de ellos, y donde no podía faltar, no queda muy lejos del Mercat Central. Recorriendo una calle unos pocos metros nos encontramos con el pequeño, pero acogedor El Lloro de la Negrita, donde las ventas se acercan al nivel de La Teca i la Meca. «Debemos haber vendido unas 65», señala la dependienta de la tienda, a la vez que afirma que también los otros artículos más vendidos serían las pulseras, el abanico y las bolsas.
Aun así, no todos los puntos parecen tener el mismo empuje. Bajamos hasta la Calle Gasòmetre para ir hasta la librería La Capona. Tan solo entrar nos acoge la calma particular de los libros, de las páginas de papel, aunque al parecer, esta sensación de relajación también se traduce en el número de camisetas vendidas. «Tan solo hemos vendido 3 ó 4 camisetas», expresa el librero, que como el resto de vendedores comparte la idea de que las ventas se animarán con la llegada de septiembre: «La gente se anima más entonces, cuando ya se empieza a hablar más de Santa Tecla y apenas quedan unas semanas».
Sin duda, la compra de uno de estos artículos es una forma excelente de celebrar la llegada de Santa Tecla y, esperemos, una que dé un paso más hacia esa ‘normalidad’ que añoramos.