Niños que no se despegan del sitio donde se encuentra el Tiranosaurio Rex, el favorito de la mayoría; otros más pequeños, impresionados, que se resisten a bajar de los brazos de sus padres... En resumen, la ecuación dinosaurios y niños no falla, y si no, que se lo digan a los organizadores del Dinosaurs Tour que vuelve a recalar en Tarragona. Este sábado ha abierto sus puertas en el Palau Firal i de Congressos con tres mil entradas vendidas.
El responsable de comunicación, Eneko Velasco, explica que este año se han introducido modificaciones para garantizar la seguridad de los visitantes, como recomendar comprar las entradas por internet y con unas horas asignadas para evitar aglomeraciones. Por la mañana, de hecho, se veía gran afluencia de familias, pero el espacio era suficientemente amplio para respetar las distancias de seguridad.
Nuevas figuras
En la exposición pueden verse una treintena de dinosaurios diferentes de los que estuvieron antes en Tarragona. Algunos, los estáticos, fueron construidos por artistas falleros de Valencia, mientras que los animatrónicos, que simulan los sonidos y el movimiento, fueron fabricados a caballo entre Alemania y Francia, siempre siguiendo los datos científicos.
Reconoce Velasco que la saga de películas de Jurassic Park ha hecho mucho por el «fenómeno fan de los dinosaurios». De hecho, cuando hay estrenos en España una cadena de cines los alquila para llevarlos a salas de diferentes ciudades.
Además de los animales prehistóricos hay un arenero para que los niños descubran restos y jueguen a ser arqueólogos. Se proyecta, además, un documental.
La exposición permanecerá abierta hasta el 12 de octubre en horario de lunes a viernes de 17:00 h. a 21:00 h y sábados, domingos y festivos de 10:00 h. a 14:00 h. y de 17:00 h. a 21:00 h. Las entradas se pueden adquirir por 8 euros (entrada general, para niños y adultos) en la web www.dinosaurstour.com y en las taquillas de la exposición.
Entre los asistentes ayer había opiniones diversas. En general la fascinación de los pequeños por estos animales hacía que salieran boquiabiertos. No obstante, algún padre salía menos convencido, especialmente por el precio que consideraba ‘excesivo’.
