Que las fiestas de Sant Roc sean una de las más especiales por los tarraconenses no es ninguna casualidad ni tampoco una novedad. Sólo basta con ver la cantidad de gente que se concentra en la calle Cós del Bou año tras año durante los días que estas se celebran. Después de 180 años de historia y a pesar que el barrio a poco a poco se ha llenado de pisos turísticos y tiendas de souvenirs, las fiestas de Sant Roc todavía mantienen la esencia más tradicional.
Los vecinos y vecinas se despertaron ayer como ya es habitual el día del patrón con el ritmo de las Matinades. Horas después tuvo lugar la tradicional anada a ofici por las calles de la Part Alta. Fue el cañón quien encabezó la comitiva. Detrás, el Drac Petit de Sant Roc, el Maginet de les Timbales y los Gegants Vells los cuáles el año que viene cumplirán 200 años. Junto a sus réplicas pequeñas llevados por los alumnos de la Escola El Miracle se llevaron todas las miradas de los más pequeños.
Las pubillas y damas de honores de las fiestas y la corporación municipal acompañaron la figura del patrón. Al final del recorrido, la imagen de Sant Roc volvió a su capilla entre aplausos de todos los presentes.
«Las fiestas de Sant Roc tienen algo especial que no se puede explicar con palabras, hay que vivirlas. Siempre hay mucha gente y esto es de agradecer», afirma el portant del canó desde hace más de veinte años, Joan Carles Petit. Precisamente en esto también coincidían Abril González y Júlia Hortoneda, dama de honor y pubilla de este año.
«Es muy ilusionante.Desde pequeñas lo hemos vivido con nuestras familias y poder participar de esta manera es un auténtico honor. Las fiestas de Sant Roc te atrapan, son adictivas», explican. Sea como sea, lo cierto es que las dos no olvidaran esta 180a edición de las fiestas de su barrio.
Alrededor de la una del mediodía el Cós del Bou ya estaba lleno hasta la bandera con ganas de escuchar a la Xaranga Tocabemolls. A pesar del calor, nadie quería perderse uno de los momentos más esperados de estas fechas. Las versiones de La Oreja de Van Gogh, Pereza, Rosalía, Bruno Mars y ABBA entre otras desataron la locura en el Cós del Bou. Eso sí, la canción para cerrar el vermut fue, como no podría ser otra manera, el Amparito Roca.
La fiesta no acabó aquí. Durante la tarde los más pequeños pudieron disfrutar de la fiesta infantil y la chocolatada. Ya a las once y media de la noche, se pusó punto final a estas fiestas centenarias con el tradicional Correfoc. El Drac de Sant Roc y la Sirena Helena Muarena de Vilanova y la Geltrú fueron los encargados de llenar el barrio de pólvora.
Ahora, la ciudad ya centra todos sus esfuerzos con las fiestas de su patrón, Sant Magí que culminarán el próximo lunes.
