Las reformas y los cambios de uso son aquellas intervenciones fraudulentas más detectadas en la provincia. El Catastro ha encontrado más de 23.300 obras de este tipo en Tarragona. Son el 41% del total de 57.023, los nuevos datos ofrecidos por el Ministerio de Hacienda en sus distintas oleadas desde que se impulsara el plan de regularización.
El 23% son ampliaciones y rehabilitaciones, un total de 16.537. Ahí se incluye, por ejemplo, la remodelación de fachadas que nunca se notificó convenientemente al Catastro a pesar de la obligación de hacerlo. En ocasiones, el fraude también consiste en levantar una obra de nueva construcción sin que sea convenientemente registrada. El satélite y los drones del Ministerio de Hacienda hallaron 16.537 obras de esa índole.
Se duplican las piscinas
La pillería o bien el descuido de los propietarios hacen que las piscinas se hayan convertido en una de las obsesiones del Catastro en su rastreo pormenorizado por cada término municipal.
El número de piscinas que no tributaban se ha doblado en los últimos años. Si a mediados de 2016 eran 1.798 las piscinas irregulares detectadas por Hacienda, la cifra asciende ahora a 3.992. En ocasiones son balsas que se han transformado en piscinas sin dar cuenta de ello convenientemente al fisco.
Por municipios, Hacienda halló en Roda de Berà 437 piscinas ilegales, según los datos de una oleada anterior. En Tarragona capital, los drones del Catastro sobrevolaron la ciudad para detectar 658 piscinas que no estaban declaradas, existían al margen de la ley y, por lo tanto, no pagaban impuestos.
Roda se lleva la palma en cuanto a municipios que intentan burlar, deliberadamente o no, al ministro Cristóbal Montoro: cada 14 vecinos, una piscina sin declarar, más o menos la misma relación que se registra en El Catllar, donde la inspección del Ministerio de Hacienda ha hecho aflorar 295 piscinas irregulares.