Las criptomonedas ganan terreno en el sector inmobiliario. Y, aunque sigue habiendo un desconocimiento sobre su funcionamiento para buena parte de la población, cuando uno repasa algunos de los principales portales inmobiliarios cada vez más aparecen anuncios en los que se acepta esta posibilidad como forma de pago.
Su utilización se ha extendido. Esto ha hecho que algunas de las empresas de la ciudad ya ofrezcan a sus clientes la posibilidad de operar en bitcoins. Uno de los ejemplos lo encontramos en la Avinguda de Roma, número 19. En este edificio ubicado delante del Parc Central, el Grupo Monrealia tiene en alquiler un local de 277 metros cuadrados. El importe que pide el propietario es de 2.000 euros, una renta que ayer por la mañana, equivalía a 0,059 bitcoins.
«Si la persona interesada no tiene bitcoins paga en euros y no hay ningún problema, pero es una alternativa más que estás dando y un generador de confianza», explica Víctor Monreal.
Monreal vendió en el año 2018 el primer piso pagado en bitcoins de España. Estaba en la Plaça de la Imperial Tarraco, y desde este momento ha visto como el negocio ha ido a más. Ahora no tan solo lo utilizan para la compraventa, sino que también han abierto la posibilidad para el alquiler. «Nos hemos caracterizado por ser una compañía innovadora y diferente», explica.
En el año 2007 la crisis del ladrillo supuso una sacudida para el sector, que algunas compañías aún están arrastrando. Para el Grupo Monrealia significó el inicio de una nueva forma de trabajar, que supuso la transformación del negocio inmobiliario de toda la vida a gestores de patrimonio. «Decidimos buscar la diferencia en los proyectos, con la voluntad de ser pioneros e innovadores en los procesos», añade este empresario.
Montreal asegura que uno de los principales handicaps es que «es un mundo que mucha gente aún desconoce». No obstante, «en realidad estás cambiando patatas por tomates». Y el sector inmobiliario mira con especial interés esta posibilidad que a nivel fiscal no supone ningún cambio, en el caso de una operación de compraventa también obliga a acudir al notario, pero que simplifica toda la parte de ir al banco y negociar una hipoteca.
Para los que los que se dedican a esta actividad las ventajas son claras, tanto de cara al propietario, como para los posibles clientes. En cuanto a los primeros, el responsable del Grupo Monreal afirma que «te estás abriendo a un mercado de 7,7 billones de personas al mundo». En cuanto a los beneficios de cara al comprador, argumenta que «la transacción es más rápida». Asimismo, desmiente que este sea un valor que esté asociado a los pisos de alto standing. «No es algo elitista, ya que la misión del bitcoin es empoderar a la ciudadanía mundial con el dinero».
Un cajero en la Arrabassada
Esta no es la única empresa de la ciudad que opera con bitcoins. Hace unos cinco meses también empezó la agencia Arrabassada Immobiliària, que dirige Àlex Bonnin. «Mi hermano me animó y me apunté, ya que vi que era factible y que están dando más facilidades de pago de cara a los clientes», explica.
Desde que empezó a publicitarlo en el escaparate del establecimiento, Bonnin asegura que ha tenido a gente interesada y que le ha preguntado. Sin embargo, de momento aún no ha cerrado ninguna operación con criptomonedas.
Las fluctuaciones son un aspecto que aún genera desconfianza entre aquellos que no han dado el paso. El precio inicial era de unos 30 euros, a las 16.19 horas de ayer un bitcoin equivalía a 33.592,94. Sin embargo, el pasado día 20 sufrió una bajada, que llegó hasta los 25.288 euros. No obstante, sus usuarios confían en que es un valor seguro y Àlex Bonnin ya está pensando en habilitar una pequeña zona de la oficina para instalar un cajero, de forma que los clientes puedan retirar o ingresar bitcoins. «Aún está todo en un momento muy embrionario, pero la situación actual del bitcoin sería como Internet en el año 1997. La gente tiene curiosidad», sigue explicando este empresario. Y es que el bitcoin tan solo es la más popular de las más de 11.000 criptomonedas en el mercado.