El Ayuntamiento de Tarragona estudia derribar la zona de las gradas del Amfiteatre donde se sienta el público debido al deterioro que sufren. El espacio es una reconstrucción hecha en los años 60 y 70 del siglo pasado que se encuentra en mal estado. El derribo se plantea después de que un informe técnico alertara el pasado septiembre que diferentes déficits estructurales del monumento estaban poniendo en riesgo la seguridad de los visitantes, por lo que el consistorio decidió cerrarlo a los visitantes. Según ha explicado a la ACN el consejero de Patrimoni, Hermán Pinedo, también se está monitorizando el anfiteatro con georradares para saber si las vibraciones causadas por el paso de trenes y vehículos afectan a su estructura.
Esta intervención forma parte de la tercera fase de los trabajos de restauración previstos y, en caso de que se acabara llevando a cabo, cambiaría el aspecto actual del monumento. Pinedo afirmó que con toda seguridad se derribará la parte superior de la grada reconstruida, que desde hacía tiempo ya tenía el acceso cerrado al público, a raíz de la aparición de unas grietas que obligaron a apuntalarla.
Aparte, el consistorio se plantea derribar el resto de la zona reconstruida en el siglo pasado, ya que como apunta el informe técnico algunos muros "son inestables", "no ofrecen un nivel de seguridad suficiente" y "podrían colapsar ". Después de derribar esta grada se consolidaría la grada romana que actualmente hay debajo.
Obras a punto de comenzar
La primera fase de los trabajos ya está terminada y ha consistido en reforzar la barandilla de la entrada, sobre la que se apoyan los visitantes, y que estaba en mal estado. Aunque el monumento sigue clausurado, esta actuación permite verlo más de cerca e interpretarlo mejor sin ninguna valla delante.
La segunda fase todavía no se ha iniciado. Pinedo ha indicado que confía en que pueda empezar pronto, si bien dependerá de la velocidad de diferentes trámites administrativos que deben llevarse a cabo. Los trabajos consistirán en anclar unos bloques de roca que según alerta el estudio "están desprendidos de su base y que podrían deslizarse por la pendiente hacia la arena". Estos bloques se encuentran en las gradas excavadas en la roca por los romanos y los técnicos consideran que la actuación debe hacerse con "carácter urgente".
Pinedo expuso que asegurar estos elementos es imprescindible para poder reabrir el acceso a la arena a los visitantes. Aunque el consejero de Patrimonio no ha concretado cómo está previsto llevar a cabo la actuación, el informe recomienda fijar los bloques "mediante barras de acero inoxidable ancladas en la base rocosa" de las gradas.
Estudio con georradares
Para tener más información sobre el estado real del monumento, Pinedo explicó que se han iniciado unos estudios con georradares para determinar si el paso de trenes y de coches por las inmediaciones del anfiteatro afectan a su estructura. "Dentro de un par o tres semanas tendremos datos iniciales", concretó el conseller, que ha avanzado que desde Patrimonio tienen la voluntad de mantener los aparatos para "monitorear" constantemente el edificio.
Uno de los lugares donde se han colocado es en torno a las escaleras del Miracle, que en un tramo están apoyadas sobre una bóveda romana del monumento. Precisamente en este ámbito, entre el 2 y el 7 de octubre, se hizo una actuación de urgencia para garantizar su seguridad, ya que el informe alertaba de peligro de derrumbamiento. Pinedo afirmó que ahora ya son "100% seguras" para los peatones.