El Ayuntamiento de Tarragona está trabajando conjuntamente con la Fiscalía para que presente una querella para abrir diligencias penales contra dos grafiteros reincidentes en pintar en edificios particulares, patrimonio y espacios públicos de la ciudad. En las últimas tres semanas, la Guàrdia Urbana ha sancionado con 300 euros a un total de 10 jóvenes que fueron interceptados en cinco ocasiones, en grupos de dos, realizando dibujos y firmas en paredes. Intervinieron más de 30 esprays. Tras investigar estas acciones, se ha llegado a la conclusión que hay un par de ellos que son los autores de la mayor parte de los grafitis hechos sin permiso en las calles de Tarragona y el consistorio quiere pararles los pies.
Ciertamente, en los últimos meses ha aumentado el número de pintadas ilegales en el espacio público y en paredes de edificios particulares de toda la ciudad, con especial intensidad en el centro y en la Part Alta. De hecho, el consistorio vio como durante las fiestas de Santa Tecla proliferaron multitud de grafitis en el casco antiguo. Ha sido en este ataque al patrimonio histórico donde la concejalía de Seguridad ha visto una oportunidad para castigar estos comportamientos con contundencia y, a la vez, disuadir futuras acciones.
Según cuenta la concejal de Seguridad, Cristina Guzmán, «en 2015 se despenalizó lo que era el delito de deslucimiento de bienes inmuebles, por lo que solo se puede sancionar a través de la ordenanza municipal, con 300 euros». En este sentido, la edil de Junts señala que «ahora, para abrir diligencias penales, debemos buscar el daño general a la ciudad y con un impacto especial en el patrimonio histórico». Así, asegura que están trabajando conjuntamente con la Fiscalía de Tarragona y las partes afectadas por las pintadas para que cuantifiquen los daños y formulen las respectivas denuncias para que sean reparados. En este sentido, si el juez acepta finalmente procesar a los dos grafiteros reincidentes, estos se podrían enfrentar al pago de la restauración de los daños y a una indemnización según el valor patrimonial de los espacios afectados.
Guzmán cree que fue durante los botellones en las fiestas de Santa Tecla y los días posteriores cuando los grafiteros aprovecharon la multitud para realizar la mayor parte de las pintadas en la Part Alta. Entre los edificios que han sufrido daños se encuentra el Convent de les Carmelites Descalçes, en la calle del Carme, el Conservatorio y Escuela de Música de Tarragona, en la calle Cavallers, el Patronat de Turisme de Tarragona, en la calle Major, el interior de la muralla romana y varios edificios del Ayuntamiento de Tarragona catalogados como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), otros edificios catalogados en manos de particulares y arquetas y canalizaciones de empresas como Endesa, Ematsa y Telefónica. Guzmán asegura que tras un estudio grafológico han conseguido relacionar varias pintadas, que en muchos casos son firmas, con un mismo autor. A partir de aquí, la Guàrdia Urbana ha identificado a dos de los 10 detenidos en las últimas semanas como los autores de la mayoría de grafitis de la ciudad, los cuales quiere llevar ante el juez.
La concejal de Seguridad, que advierte de la importancia de la colaboración ciudadana para perseguir este tipo de actos, piensa que estas acciones se producen en «ciertas olas de vandalismo. Al final coincide que hay cinco o seis jóvenes que están muy activos y ahora estamos en una época que es evidente que están muy activos y se les tiene que neutralizar». En este sentido, celebra que «ya los tenemos prácticamente a todos identificados, en las últimas semanas a 10, y entendemos que estos 10 son los responsables de muchas de las pintadas que han aparecido últimamente», y añade que «debemos seguir con este seguimiento e ir luchando e intentar disuadirlos de esta conducta, pero siempre dándoles alternativas». Sobre esto, Guzmán defiende que «nosotros no queremos boicotear a nadie, sino que debemos darles el espacio adiente para que expresen su arte». En este sentido, cree que debe ser en un bien para la ciudad: «Vamos a sacarle provecho, a pintar cosas bonitas, en persianas de calles que tengan comercios cerrados, por ejemplo, pero con un sentido y con gusto». Añade que «lo que no podemos hacer es destrozar la imagen de la ciudad. La imagen que se da a turistas y a la gente que viene a Tarragona es lamentable».
Paralelamente a esto, la edil en el gobierno destaca el gasto que provocan estas acciones a nivel de limpieza, «porque conjuntamente al trabajo que hacemos con la Fiscalía para abrir estas diligencias penales, de forma transversal trabajamos con el departamento de Limpieza para que, una vez estén hechas las fotografías de los grafitis, se proceda a su limpieza. Es mucho trabajo y mucho dinero para la ciudad». En este sentido, desde Limpieza se invierten casi 105.000 euros únicamente en limpiar las pintadas y los grafitis que constantemente aparecen en la ciudad. La brigada cuenta con dos máquinas y dos operarios.
Con todo, desde la concejalía de Seguridad quieren dejar claro que son contundentes contra el vandalismo en el espacio público y que han focalizado su trabajo en los grafitis. «Se ha acabado la impunidad», manifiesta Guzmán, que añade que «no dejaremos pasar ni una, porque sino proliferan estas acciones y no hay forma de pararlas».