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El artífice del 22@ liderará la transformación la Tabacalera de Tarragona en un distrito innovador

Miquel Barceló será el encargado de diseñar la propuesta para la creación de un ‘hub’ tecnológico, que debe mejorar las conexiones de la Tabacalera como el otro lado del río

08 abril 2024 20:28 | Actualizado a 09 abril 2024 07:00
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El ingeniero y economista Miquel Barceló, quién fue uno de los artífices del barrio tecnológico 22@ de Barcelona, será el encargado de diseñar la transformación del Francolí en un hub tecnológico y de innovación. Este especialista de renombre tiene ahora la misión de hacer un análisis y diagnosis de los ejes y estrategias de ciudad, que deben permitir sentar las bases de un distrito innovador, que sirva de catalizador para la creación de empresas y la generación de puestos de empleo de valor.

Barceló ha recibido el encargo por parte del Ayuntamiento de Tarragona, después que la suya haya sido la oferta mejor valorada en el concurso abierto a finales del pasado mes de febrero y que busca generar una propuesta ambiciosa que afecte al conjunto de este ámbito. En concreto, este deberá presentar un estudio de viabilidad que sitúe el edificio de la Tabacalera como «epicentro» de esta transformación. Se prevé que vaya más allá de las naves de la antigua fábrica, cruzando la barrera que constituye el río, hasta el polígono Francolí, que quiere replantearse en su conjunto.

«El edificio de la Tabacalera debe ser la semilla de este cambio que proponemos», indica el concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona, Nacho García. Desde la administración local se están trabajando diversas iniciativas de forma simultánea para la recuperación de la antigua fábrica de tabacos en un centro cultural y tecnológico que «debe irradiar esta transformación al otro lado del río».

Aquí la propuesta se enlaza con una de las grandes apuestas que hace el avance del POUM, el cual propone la transformación de esta zona industrial en un espacio destinado a las empresas tecnológicas, que contemple también el uso residencial. «Ahora tenemos un polígono desfasado, sin grandes naves industriales, que poco a poco ha ido evolucionando hacia el sector servicios, igual que pasó en otras ciudades como Barcelona, con zonas que habían quedado en desuso y que se transformaron», sigue argumentando el edil socialista.

«El edificio de la Tabacalera debe ser la semilla de este cambio que proponemos»

Barceló cuenta con una dilatada experiencia en este ámbito. Con Joan Clos como alcalde, fue el padre del distrito tecnológico 22@, en el barrio del Poblenou, un caso de éxito a nivel internacional, que partía de 900 hectáreas de suelo industrial degradado. En aquellos momentos se hizo una clara apuesta por el talento, en base a los activos locales del sector de contenidos digitales y audiovisuales, de forma que se convirtió en un polo de atracción de profesionales de todo el mundo.

A partir de esta primera experiencia, muchas empresas de todo el mundo han solicitado los servicios de Miquel Barceló como asesor, para impulsar una versión propia de distrito de innovación. Uno de los últimos proyectos en los que ha trabajado ha sido el del polígono de la Vara de Quart, en la ciudad de València, «la mayor operación de regeneración urbana» de esta ciudad, que proponía la transformación de 60 hectáreas de esta zona industrial en un polo innovador, centrado en la agroalimentación. la energía, las industrias creativas y las digitales.

Definir un camino

Este economista explicó recientemente en una entrevista con el Diari la apuesta que se hizo en su momento en Barcelona y las posibilidades que veía en ciudades de tamaño medio, como Tarragona, en la apuesta por los distritos innovadores. En esta hablaba de las «elementos de potencial» que ofrece la ciudad, «con una dinámica en el terreno digital muy interesante», el puerto y el reto de la Vall de l’Hidrogen, además de la universidad y los centros de investigación. «La ciudad tiene una oportunidad única para tirar adelante proyectos transformadores de la economía de este territorio», apuntaba.

En esta también fue preguntado sobre las posibilidades que podían ofrecer espacios como la Tabacalera y el polígono Francolí. Al respecto, Miquel Barceló decía que más allá de estos, «lo crítico es definir el camino». Asimismo, habló de la «oportunidad» que constituye abordar esta cuestión en un momento en el que la ciudad está sumida en la redacción de un nuevo POUM. «Un distrito innovador genera nuevas centralidades urbanas. La gente cree que debe ir allí porque pasan cosas, por tanto, el urbanismo debe ayudar a generar esta centralidad (....) que acabe transformando toda la ciudad», apuntaba.

Barceló ya ha mantenido las primeras conversaciones con el equipo redactor del POUM para encajar ambas estrategias. «Trabajarán codo con codo, porque al final el plan general debe reflejar a nivel urbanístico las transformaciones propuestas», asegura Nacho García. Ahora se abre un periodo de cuatro meses para la redacción de este documento, a partir del cual deberá definirse estas líneas estratégicas así como un modelo de implantación.

Cohesionar la ciudad

La creación de este distrito innovador constituye un nuevo ingrediente en la hoja de ruta para dotar de una nueva centralidad el río Francolí y todo este entorno. «La permeabilidad del río es fundamental, ya que estamos hablando de transformar lo que ahora es una barrera en un eje de unión. Si hacemos un barrio tecnológico a un lado y al otro hay la Tabacalera y el río se queda tal como está, con muros de hormigón y sin ningún paso para la ciudadanía no habremos conseguido el objetivo fundamental del POUM, que es cohesionar la ciudad», indica el responsable municipal de urbanismo.

El Francolí quiere convertirse en el eje que religue la Tarragona del centro, con la de los barrios de Ponent, dos Tarragonas que «viven de espaldas».

El traslado de la CLH, la pieza que falta por encajar

La transformación de todo este ámbito pasa por el traslado de la CLH, que fue el detonante que acabó comportando la sentencia del Tribunal Supremo, que acabó suspendiendo el POUM de 2013.

Al respecto, el Ayuntamiento de Tarragona afirma que siguen adelante las conversaciones tanto a nivel técnico como económico, en el que se están valorando las diferentes propuestas. «Estamos en conversaciones para ver sus necesidades y qué indemnización en forma de aprovechamiento urbanístico deben poder obtener para que les salga rentable irse a otro espacio», indica el concejal de Urbanisme, Nacho García.

La administración local reconoce que las cifras que han presentado una y otra parte «están en puntos diferentes». No obstante, el Ayuntamiento mantiene la discreción, ya que es un aspecto que tiene que cerrarse antes de la aprobación inicial del POUM, que ahora mismo se sitúa «entre finales de año y principios de 2025». La compañía de hidrocarburos estaría interesada en abandonar este espacio, que ha quedado encajado a ambos lados por el crecimiento de la ciudad. Pese a ello, uno de los requisitos es la conexión con el rack.

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