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El alcalde más longevo de la provincia deja el cargo después de 40 años

Jaume Casas se va del Ayuntamiento de La Riera de Gaià tras ganar nueve elecciones. Entró en 1983. Ahora su hijo le releva en la lista

11 mayo 2023 20:27 | Actualizado a 12 mayo 2023 07:00
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El Gobierno expropiaba Rumasa, sonaba en la radio Every breathe you take, de The Police, y el Hamburgo, hoy en Segunda, ganaba la Copa de Europa. Quedaban seis años para que cayera el Muro de Berlín pero Jaume Casas ya era alcalde de La Riera de Gaià (Tarragonès). Era 1983, hace 40 años. El alcalde más longevo de la provincia lo deja. No se presentar después de ganar nueve elecciones seguidas, la mayoría con amplitud. «No he perdido las ganas de hacer cosas pero creo que tenemos que dar paso a las nuevas generaciones, mejor preparadas», explica. Su hijo Joan, concejal en los últimos cuatro años, toma el relevo como cabeza de lista.

Jaume entró en el consistorio a los 28, con la ambición del joven que quiere comerse el mundo y ayudar a su pueblo. Se va a los 68, padre de dos hijos y abuelo de cinco nietos. «Entré en política porque estaba en un grupo de jóvenes que queríamos cambiar el pueblo. Lo veíamos todo muy atrasado y queríamos progresar. Nunca pensé en estar tanto tiempo, fue sobre la marcha. Seguía habiendo proyectos pendientes y cosas que hacer».

Un crecimiento sostenible

Se va cumpliendo la promesa de que este sería el último mandato, y con la satisfacción del trabajo cumplido. «La última vez ya dije que no me presentaría más. Creo que hemos hecho muchas cosas por el pueblo. Tomas muchas decisiones y siempre hay quien queda descontento. No es fácil contentar a todo el mundo porque hay diferentes puntos de vista, pero el balance es bueno, doy las gracias al apoyo que me ha dado la gente en este tiempo, y a todos los concejales con los que he trabajado», expone el edil.

«Yo nunca he hecho mítines. La gente me para por la calle o en la carnicería y me dicen las cosas»

Luce orgullo de un pueblo que ha pasado en estas décadas de 850 a 1.700 habitantes pero de forma sostenida. «Tenemos el doble de población pero no ha sido un crecimiento desmesurado. No hemos hecho grandes bloques de pisos». A eso se suma la proximidad y la ubicuidad del munícipe de pueblo. «Lo alternas con tus trabajos, antes tenía una carnicería y ahora hago de payés. Estás de sol a sol y siempre he tenido la confianza de la gente, que en general está contenta con lo que haces. Nunca he hecho mítines. La gente me conoce, hablo con ellos. Siempre he sido un alcalde cercano, me paran por la calle, o en la carnicería me decían lo que les pasaba», cuenta Jaume.

Se reconoce como «alcalde las 24 horas» y enumera algunos de sus logros, como el dispensario, la guardería o el local social, solo parte del crecimiento del pueblo en este casi medio siglo en el que ha estado al frente.

¿Dónde está la clave de la fidelidad que le han mostrado los vecinos en cada cita con las urnas? «Tener espíritu de servicio pero, por encima de todo, honradez y transparencia», apunta.

Mucha menos importancia han tenido las siglas, aunque Jaume haya estado primero bajo el paraguas de CiU y luego de Junts: «La ideología, en este caso, no es importante. Siempre he sido de un partido pero he hecho mi camino, pensando en lo que era mejor para La Riera».

Atrás queda una colección de mayorías absolutas, empezando por la primera, en la que se agenció el 62% de los votos del pueblo y cinco de los siete concejales en juego. En el último envite de 2019 se llevó el 45% de sufragios, cuatro ediles de los nueve en liza. Fue la única vez en la que no obtuvo mayoría. Eso no le impidió gobernar un mandato más. «Por seis votos no lo logramos y tuvimos que pactar», indica.

El munícipe por antonomasia ha logrado esa hoja de servicios con una gran dosis de sacrificio: «Hay momentos complicados. Vas todo el día arriba y abajo y la familia queda para lo último». Eso cambiará ya: «Sigo yendo al campo, con mi tractor, pero tendré más tiempo para los míos. Me toca disfrutar de los nietos».

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